50 alumnas de Grey - #1

Mi primer día como profesor de universidad y ya llegaba tarde, salí del pequeño despacho que me habían asignado rumbo a dirigir una clase de programación que ya debería haber empezado.


Aquella era una gran oportunidad para mi, me habían confiado un puesto mucho más allá de lo que podría aspirar con 30 años y mi experiencia. Aún así me sentía con confianza puesto que el nivel de mis alumnos en programación era nulo y yo debía iniciarlos en ese mundo.


Tenía a mi cargo varias clases de diferentes carreras desde administración de empresas hasta diseño de interiores. Y era de ésta última a la que estaba llegando tarde.




- Buenos días y perdón por el retraso.- dije notando los nervios típicos del primer día.- Aún me tengo que hacer a esta universidad.- me disculpé mientras dejaba mi portátil encina de la mesa.



Me presenté a las 30 o 40 personas que allí se congregaban, pude ver que la gran mayoría eran jóvenes de 18 años aunque también había alguno/ más mayor. Mientras hablaba y cogía confianza pude percatarme de que la mayoría eran chicas y algunas parecían verdaderos pibones.



Eso me puso algo nervioso por lo que utilicé un truco que usaba mis primeros días como profesor que consistía en imaginar que estaba solo en aquella clase. A los pocos minutos ya volvía a estar enfocado haciendo avanzar la lección.



 
Les expliqué que aprobar mi asignatura no era difícil pero sí que necesitaba algo de práctica y pude notar algo de miedo en sus ojos. Mi asignatura tenía la fama de ser complicada de aprobar y mi antecesor en el puesto no hizo más que aumentar esa leyenda.




Conecté mi portátil al proyector y decidí utilizar el resto de la clase para explicar por que significa programar y por que les iba a ayudar tanto en sus carreras.



- Bueno. ¿Tenéis alguna pregunta sobre lo que os he explicado hasta ahora?- pregunté para dar un poco de reposo a sus mentes


Un montón de manos se alzaron temblorosas, sus ojos me miraban como si yo fuera el mismísimo diablo.



De golpe, unos toques en la puerta captaron nuestra atención.



- Perdona la interrupción Marc.- dijo la secretaria del centro asomándose tras la puerta.- El señor director te necesita un segundo. 




Me disculpé de mis alumnos y seguí a la secretaria quien me explicaba que faltaba un papel por firmar antes de poder ejercer formalmente como profesor. Maldita burocracia.




Pasados unos 10 minutos regresé a la clase para seguir la clase, me pareció ver que uno de los alumnos avisaba al resto cuando aparecí pero no le di demasiada importancia.



Entré y proseguí con la clase resumiendo lo que ya había explicado antes de volver a preguntar si habían dudas. La clase emetía una energía diferente a la atmósfera que había antes de irme con la secretaria, notaba algo de cachondeo en sus miradas.



Solo una chica levantó la mano para preguntar como iba a puntuar los exámenes durante el curso.



- ¿Entonces qué pasa si suspendemos?- preguntó chulescamente un chico que parecía salido de algún trend de Tik Tok.- ¿Nos vas a castigar?




Yo no entendí muy bien la pregunta y las risas de sus compañeros tras aquella pregunta me descolocaron aún más. Me limité a explicar como funcionaban las recuperaciones de los exámenes aunque sabía que al gilipollas ese se la sudaba por completo.



La clase siguió durante 15 minutos más entre risitas disimuladas hasta que el sonido del timbre indicó su fin, el aula se fue quedando vacía hasta que me quedé solo con una chica que me resultaba familiar.



Me miraba con una sonrisa dulce como si me conociera de toda la vida.



- ¿Tienes alguna pregunta?- le pregunté a modo de invitación



- ¿No sabes quién soy?- me preguntó acercándose a mi mesa.



Volví a mirarla de manera más exhaustiva, era una chica alta, con el pelo largo castaño con toques rojizos, su piel era blanca e impoluta excepto por unas pecas que decoraban a la perfección sus suaves facciones y sus voluptuosos labios. Vestía un dos piezas a rayas con una corta falda abajo y una blusa que dejaba su ombligo al aire. Era verdaderamente guapa y no pude evitar inaginármela con mi polla en su garganta, me tuve que recolocar en la silla para contrarrestar la erección que había tenido.




- Perdona pero no caigo ahora mismo.- dije yo intentando disimular 



- Soy Marina Jiménez, eres el nieto de mi vecina.- dijo ella con total seguridad- Me diste clases de informática hace unos años. ¿Te acuerdas?



En ese momento la recordé, la Marina que yo recordaba era una niña y ahora parecía ser una persona distinta. Normal que no la reconociera.



Hablamos durante un rato poniéndonos un poco al día hasta que sentí la confianza suficiente para preguntarle el por que del cambio de actitud de la clase tras mi ausencia.



- Eeemm...- dijo ella bajando la cabeza.- No sé si debería decírtelo.



- ¿A qué te refieres?- pregunté algo ansioso



El timbre de inicio de la siguiente clase nos interrumpió.



- Lo siento, no quiero ser la chivata de la clase...- dijo ella recolocándose el escote sin nada de discreción 








- Eehh... Vale.- dije yo algo impactado por la fugaz aparición de su pezón.-  Dime el pecado pero no el pecador.



Marina me miró indecisa durante unos segundos hasta que pareció decidirse a decírmelo. Lástima que el timbre del inicio a la segunda clase nos sacó de aquél tenso momento.


- Adiós - dijo ella girando sobre si misma y saliendo por la puerta antes de recolocarse la falda dejándome ver fugazmente su lencería roja.



Mi primer día estaba siendo muy intenso y solo había pasado una clase. Repetí la misma lección en tres aulas distintas hasta que llegó la hora de comer. Me senté en la silla de mi despacho sintiéndome seguro en la tranquilidad de mi refugio y saqué mi tupper para comer pensando en las clases que había dado hoy.



Cada una de ellas había ido mejor que la anterior pero seguía intrigado por lo que había pasado a primera hora. No quería ganarme ningún mote el primer día porque eso ya no te lo quitas nunca.



Después de una reunión de profesores mi primer día de trabajo llegó a su fin, con un sabor agridulce me marché a casa. Descansé un par de horas antes de snetarme de nuevo ante mi pc para preparar las clases del día siguiente.


Al entrar al campus virtual de la universidad vi que tenía un mensaje de Marina. En él se disculpaba "por no haber sabido responderme en clase" y me formulaba una serie de preguntas meramente académicas. Aclaré todas sus dudas y la tranquilicé respecto a sus expectativas de aprobar mi asignatura.



- Muchas gracias por tu tiempo, nos vemos mañana en clase.- contestó ella



- Para eso estoy, a ver si mañana puedes responder a mis preguntas.- dije yo algo impaciente


Pasaron los minutos y Marina no contestó, me había quedado sin saber que había pasado. De golpe el zumbido de la notificación de un WhatsApp entrante hizo vibrar mi móvil.




- He encontrado tu número en la web de la uni. Te quiero contar lo que ha pasado esta mañana y creo que es mejor hacerlo por aquí. Espero que no te importe - rezaba el mensaje de un número que no tenía guardado.



En la foto aparecía Marina con un ajustado vestido de color claro que resaltaba sus perfectas curvas.






- Claro, no hay problema. De hecho te lo agradezco.- contesté yo con la polla dura por su foto



No podía parar de mirar sus carnosos labios e imaginar como se sentirían en mi polla, mi calenturienta mente me creó una nueva necesidad: follarme aquella boca perfecta hasta correrme en aquella blanca y pecosa cara. Mi lado oscuro aparecía cuando menos lo esperaba y se apoderaba de mi. Me descubrí pajeándome inconscientemente mientras esperaba su respuesta.



- ¿El niño de la foto es tu hijo?- me preguntó ella en referencia a mi foto de perfil en la que aparezco al lado de mi sobrino



- No, él es el hijo de mi hermano. Soy su padrino.




- Pues es igual de guapo que su tío.- contestó ella



- Me tomaré eso como un cumplido.- contesté sin dejar de tocarme



- Haces bien, sales muy sexy en esa foto.- contestó ella subiendo la apuesta



- No se pase señorita Jiménez.- contesté yo medio en broma



-¿Qué te parece la mía?¿Salgo bien?- volvió a atacar Marina



¿Me estaba vacilando o iba en serio? Sabía que todo lo que estaba pasando estaba muy mal.


- Pasa palabra.- contesté yo referenciando al famoso concurso de TV 



- ¿Pasa palabra? ¿Quién dice eso?- se rió ella



- Bueno ibas a explicarme lo que ha pasado esta mañana.- envié yo



- ¿Quieres saber el porqué de las risitas de mis compañeros no?- preguntó ella directa al grano




- Recuerda que le hablaba muy bien de ti a tu madre, me debes una.- dije yo




- Querían saber si tenías las preguntas de tus exámenes en tu portátil, han visto tu programación y saben que habrá uno de aquí poco y que ya tienes las preguntas preparadas.- confesó ella 



Que hijos de puta, sí que tenía las preguntas preparadas pero por suerte las guardaba en la nube bajo contraseña. Dejé de pajearme por la indignación.



- ¿Las tienes?- preguntó Marina para hacerme volver a la realidad



- Sí pero no soy tan tonto como para guardarlas en mi pc.- contesté yo algo molesto



- Eso había imaginado yo...- dijo ella.- De todas formas eso no es todo.




- ¿A qué te refieres?- pregunté cada vez más tenso



- Alguien ha dicho de hacerte la prueba de la "x".- dijo ella




- ¿Qué es eso de la prueba x?- ladré yo



- Compruébalo tú mismo. Abre el navegador de internet y escribe una x.- indicó ella 



Yo corrí a hacer lo que ella decía con un creciente calor en mi cuello por saber por donde iban los tiros.



- Han hecho click en el primer resultado de "búsquedas recientes" y... - dijo ella




Hice lo mismo llegando a un video porno que había visto recientemente. Leí el título mientras notaba como el mundo se venía abajo. " Submissive schoolgirl gets punished by her teacher. "



- Joder.- dije en voz alta aunque nadie lo escuchara mientras intentaba imaginar las posibles consecuencias de todo eso.



- Quizás no deberías utilizar el pc del trabajo para...- dijo ella con un emoticono de una sonrisa 




Yo me quedé callado sin saber que decir.




- No te preocupes, nadie reconocerá que ha fisgado en el portátil de un profesor sin su permiso. Es muy chulo pero no es tan valiente para atreverse.- dijo ella ya más comprensiva.- Además ha sido una grata sorpresa para muchas... Se dice que eres como el de 50 sombras de Grey.



-¿Qué has dicho?- pregunté yo conectándome de nuevo a la realidad


- Que dicen que eres como el de 50 Grey- contestó ella


- No, lo otro. ¿Has dicho que el que lo ha hecho es "muy chulo"? ¿Osea que es un chico?- dije yo en modo detective.



- Te diré el "que" pero no el "quien". ¿Recuerdas?- contestó ella



- Cierto, tienes razón.- dije yo calmándome.- Perdona, en realidad debería darte las gracias por contármelo.



- Bueno puedes ayudarme a aprobar tu asignatura para agradecermelo. - escribió ella antes de enviar una foto.



Era un selfie de cintura hacia arriba con el mismo dos piezas que llevaba en clase en el que apretaba sutilmente las tetas entre sus brazos. Debajo, ella había escrito " Marina Jiménez: Excelente".



Si hacías zoom se le podía ver hasta parte del pezón. Definitivamente no me estaba vacilando. Volví a descubrirme palpando mi, otra vez dura, polla.




- ¿Me está intentando condicionar señorita Jiménez?- pregunté medio en broma




Seguimos hablando por WhatsApp durante un rato bajando un poco la intensidad, me estuvo explicando porque había elegido aquella universidad y un poco de como le había ido el primer día. Dijo que su prima también iba al mismo centro pero a una carrera distinta.


- De hecho le has dado clase hoy también, ella hace ADE.- escribió Marina



- ¿Ah sí? ¿Cómo se llama?- pregunté sabiendo que ni con el nombre me acordaría de ella



- María, mira es ésta.- me dijo antes de enviarme otra foto




Era una captura del Instagram de la tal María, en ella salía una chica de la misma edad que Marina con un ligero parecido en cuanto a la suavidad de sus facciones y el color de su piel. Su pelo, en cambio, era un castaño muy oscuro casi negro. Joder solo van pibones a esa universidad.




- Ahora no caigo, he visto muchas caras nuevas hoy.- confesé yo



- Pues ella también cree que eres muy guapo.- volvió a atacar ella



- ¿Así que Marina y María, no?- pregunté yo para cambiar de tema


- Sí, mi familia no es muy original poniendo nombres. ¿Entonces me vas a ayudar a aprobar?- preguntó ella 



- Tú demuéstrame tu compromiso con la asignatura y pondré todo de mi parte para que apruebes.- contesté intencionadamente ambiguo



- Trato hecho.- contestó ella



- Hasta mañana entonces.- dije yo a modo de despedida.



- Que duermas bien, profe 😚- contestó ella



Volví a abrir el selfie que Marina me había pasado y me pajeé corriéndome en abundancia haciendo zoom en su boca y su escote. Dios esos labios tienen que hacer maravillas.




El día siguiente fue como la seda, sabía que iba a ver a Marina a última hora de la mañana y eso me alegraba. Conocí al resto de clases que iba a tener a mi cargo antes de entrar a la clase del incidente de la prueba x.



Al entrar en seguida pide notar la s risitas disimuladas en sus caras, de hecho había un "Profesor Grey" escrito en pequeño a un lado de la pizarra. Lo borré de una pasada notando como la rabia crecía en mi interior.



Me giré hacia la clase pudiendo ver las caras de gilipollas de todos los niñatos proyectos fracasados de Tiktoker que creían ser el más chulo de la clase. Empecé la clase sin preliminares aumentando el ritmo dispuesto a quitarles la sonrisa de la boca a base de conceptos complicados.



- El viernes de la semana que viene habrá el primer examen de todo lo que hayamos hecho hasta ese momento.- amenacé yo después de atropellarlos con nuevos conceptos 


Podía ver el terror en sus ojos donde antes había chulería, con la excepción de Marina que me miraba con orgullo y complicidad. La dulzura de sus ojos me calmó ayudándome a acabar la clase sin más sobresaltos.



Sonó el timbre y la clase se vació quedándome solo con Marina igual que el día anterior. Vestía un ancho pantalón tejano de tiro alto junto con una sudadera gris recortada a la altura de su ombligo, llevaba su rojizo pelo recogido en un moño alto suelto y cargaba con un plátano en su mano.



- ¿Alguna duda señorita Jiménez?- pregunté guiñándole ligeramente el ojo



- Me gustaría hablar contigo, tengo algunas dudas sobre las preguntas del examen.- dijo asegurándose de que estábamos solos antes de pelar el plátano lentamente



- Tu dirás.- le dije yo



- ¿Podemos ir a tu despacho?- dijo antes de meterse el plátano en la boca y engullir la mitad antes de volver a sacarlo intacto.- Igual nos lleva un rato... solucionar mis dudas 



Mi polla se endureció al instante al ser espectador de aquella preciosa cara recibiendo algo fálico en su boca. Definitivamente Marina tenía ese don, parecía creada para el noble arte de mamar pollas.




- Sí claro, vamos.- dije yo apresuradamente mis cosas



Caminamos los pocos metros hacia mi despacho sentándome yo en mi silla.



- ¿Qué dudas tienes?- pregunté yo algo nervioso



- Verás...- dijo ella cerrando la puerta con la llave que había en la cerradura antes de sentarse en la silla del otro lado de mi mesa.- Estoy preocupada porque no entiendo la programación, simplemente no está hecha para mi... Uf que calor que hace en tu despacho.



Dijo esto último quitándose la sudadera y quedando con un ajustado top negro de tirantes que remarcaba sus turgentes pechos.



- Es cuestión de práctica Marina, estoy convencido que si lo intentas lo conseguirás.- dije yo intentando sonar convincente



- Créeme que lo he intentado, llevo todo el verano practicando para estar preparada y aún así no me entero.- dijo ella asegurándose de que sus tetas se vieran apetecibles.- Quiero que sepas que no es una cuestión de actitud o esfuerzo. 



Apartó su silla hacia atrás antes de arrodillarse y acercarse a mi gateando por debajo de la mesa de mi despacho.



- ¿Qué haces Marina?- pregunté yo sin oponerme demasiado



- Quiero demostrarte mi compromiso con tu... dura asignatura.- me susurró desde entre mis piernas acariciando mi paqute por encima del pantalón.- ¿No me pediste eso?



- Sí pero yo me refería...- conseguí decir notando como mi lado oscuro ganaba terreno



- Yo puedo ser tu "submissive schoolgirl" a cambio de tu ayuda.- dijo ella con toda la dulzura del mundo en sus ojos mientras me desabrochaba el pantalón



- Pe... ¿Pero qué quieres, las preguntas del examen?- pregunté mientras le ayudaba 



- Ahá.- dijo mirando directamente a mi ya liberada polla mientras se relamía aquellos carnosos labios.


Yo me aparté ligeramente hacia atrás para dejarle más espacio entre mi silla y la mesa del despacho, era mi manera de aceptar el trato. Mi polla reposaba en mi abdomen palpitando por la impaciencia.



- Parece que el profesor Grey tiene una buena herramienta.- dijo ella cogiéndola con ambas manos



La miraba embobada como si fuera la última polla que fuera a tocar, si estaba actuando lo hacía muy bien. Yo me estremecía con cada contacto de sus blancas manos en mi endurecido mástil.




- No sé si me va a caber entera en la boca.- dijo ella masturbándome lentamente a dos manos.- Pero mi compromiso es absoluto por muy... larga que sea la tarea.



Marina parecía estar en su salsa como si lo hubiera hecho toda la vida, me hablaba lenta y sensualmente dirigiendo toda mi atención a su jugosa boca.



De golpe unos toques en la puerta casi me provocan un infarto, le tapé la boca con mis mano derecha de forma instintiva antes de hablar.



- ¿Sí?- pregunté con voz forzosamente calmada 



- Profesor soy María, una alumna suya.- dijo una voz al otro lado de la puerta




Noté como Martina se reía debajo de mi mano.




- ¿Ha visto a Marina? Me ha dicho que quería tener tutoría con usted.- insistió la voz tras la puerta ante mi silencio



- Ehh... No.- balbuceé- Osea sí ha estado aquí, pero ya se marchó hace un rato.



- Vale.- escuché decir a María.- Muchas gracias.- dijo antes de marcharse




Apreté las mejillas de Marina con la mano y traje su cabeza hacia mi poniendo su cara a centímetros de la mia.




- ¿Sabes lo que me estoy jugando con todo esto?- le dijo mi lado oscuro- Si me pillan se acabó mi carrera docente.



- No te preocupes por ella.- dijo ella con sus labios apretados por mis dedos- Si nos hubiera pillado no habría dicho nada, más bien se hubiera arrodillado a mi lado.



Sus manos no dejaban de pajearme pese a la brusquedad de mis actos.



- Eso no lo sabes.- dije notando como toda la tensión de estos días se transformaba en lujuria con toques violentos.




Y a Marina parecía encantarle.



- Sí lo sé porque ella me lo ha dicho.- dijo ella encantada con su papel.- Piensa que ella es la única persona que conozco en este sitio exceptuándote a ti,  sé lo que piensa sobre el profesor Grey.



- ¿Habéis hablado sobre comerme la polla juntas?- preguntó mi lado oscuro mientras mi mano izquierda acariciaba su flequillo sin que la derecha soltara su cara.



- Ahá.- dijo ella disfrutando de mi reacción de aprobación.- Entre otras cosas...


Yo hice una media sonrisa como respuesta antes de palpar sus suaves tetas a través del top negro, la muy puta no llevaba sostén.


Mi mano izquierda agarró su pelo recogido antes de que mis labios besaran los suyos apasionadamente, su lengua se movía tímida dejándome toda la iniciativa. Buen comienzo.



Mi mano izquierda separó su cara de la mía antes de que la derecha abofeteara su mejilla.



-Si quieres esas preguntas vas a tener que ser una chupapollas muy obediente.- dijo mi otro yo disfrutando de la reacción de sorpresa y sumisión de Marina a la bofetada.- ¿Estamos?



- Estamos.- asintió ella al momento.



- Buena chica.- contesté yo agarrando mi porra y colocándosela en la cara.



Sus ojos parpadeaban cada vez que el mástil oscilaba y golpeaba sin oposición por delante de ellos.



- Bésala.- ordené sin soltarle el pelo



Ella obedeció mirándome a los ojos mientras sus carnosos labios acariciaban la piel de mi polla. Notaba una suavidad caliente y húmeda en cada centímetro que era tocado por los besos de Marina.



- Eso es, con amor. Piensa que mi polla es tu novio.- le susurré



- ¿Qué novio?- preguntó ella a modo de respuesta sin dejar de besar mi glande



- Abre la boca y saca la lengua.- ordené sin soltarle el pelo




Ella obedeció antes de recibir con buen grado los golpes de mi dura polla en sus labios y lengua, mi capullo la acaparó entera dejándome unas placenteras sensaciones al acomodarla en aquella húmeda almohada.



- Tienes la mejor boca para esto que he visto en mi vida.- ne sinceré



- ¿Me estás llamando chupapollas?- preguntó ella con la boca llena


- Te estoy llamando MI chupapollas.- aseveré soltándole el pelo para ver su reacción



Marina no me defraudó y, tras unos segundos de juego con su lengua, empezó a demostrarme sus evidentes habilidades para satisfacer a un hombre con su boca.



Intercalaba voracidad con delicadeza mientras sus manos se agarraban a mis muslos por debajo. No dejó de mirarme a los ojos ni un segundo incluso cuando ella misma se atragantó por intentar tragar más allá de sus posibilidades, las primeras lágrimas empezaron a caer por sus mejillas dejado un rastro negro de lápiz de ojos.



- ¿No soy el primer profesor al que le haces esto verdad?- pregunté antes de escupir en su cara.



Ella gimió como respuesta antes de autoexplorar las profundidades de su garganta con mi taladro, hundía su cabeza dejando entrar todo lo que podía dentro de ella antes de forzarse a permanecer ahí hasta que los espasmos la obligaban a subir a respirar entre babas, respiraciones agitadas y gemidos. Mi escupitajo le colgaba desde la ceja a la nariz y se camuflaba con todos los fluidos que inundaban su cara.



Dejé que se recuperara unis segundos mientras volvía a agarrar su pelo con la mano izquierda, golpeé de nuevo su cara con mi porra notando la humedad suavidad de sus majillas antes de encaminar de nuvo la punta hacia aquellos deliciosos labios.



Marina no dejaba de mirarme a los ojos con la satisfacción del deber cumplido, ella había venido con este objetivo y lo estaba logrando sin importar las consecuencias. Yo estaba dispuesto a poner a prueba ese compromiso.


Dejé mi glande encajado entre sus labios antes de volver a abofetar sus rojas mejillas, de un solo movimiento llevé la mitad de mi polla directamente dentro de su garganta. Sus ojos se abrieron como platos a la vez que su cuello hasta que noté una húmeda y extremadamente apretada resistencia que se oponía a mi entrada.



La dejé unos segundos allí dentro hasta que Marina tuvo el impulso de levantar la cabeza, mi mano derecha agarro su mandibula por debajo mientras que la izquierda seguía controlando su cabeza. Pasaron unos segundos que a ella se le debieron de hacer eternos por como golpeaba mis muslos a modo de señal hasta que liberé su voluntad para que pudiera recuperar el control de su garganta.



Marina tosía sacando todas las babas que le había provocado mi intrusión mientras yo las juntaba con mi anterior escupitajo y se lo esparcía todo por la cara, toda la dulzura que desprendía antes había sido mancillada.


Coloqué mi mástil de nuevo sobre su cara apoyándolo entre sus labios y su frente cerrando su ojo derecho por el camino, hice un Sandwich de polla entre mi mano y su cara antes de hacerla subir y bajar. Marina se dejaba hacer deseosa de satisfacer su parte del trato.


Aparté mi silla hacia atrás y me puse de pie delante de ella que seguía arrodillada ante mi como un creyente en una iglesia, agarré con fuerza su pelo recogido mientras disfrutaba del desastre que estaba causando en su preciosa y blanca cara.


Dirigí mi ariete hacia aquella ya abierta boca y me aseguré una y otra vez de hacerlo llegar cada vez un poco más a dentro a costa de la integridad de su boca. Ya agarraba su pelo con ambas manos y controlaba su cabeza a placer, yo era quien decidía cuando y como le daba un respiro. 



Con esa disciplina no me costó conseguir meter toda la longitud de mi mástil dentro de su cabeza, ella se dedicaba a babear y mantener sus sumisos y llorosos ojos en contacto con los mios.



El top negro chorreaba con hilos de babas que salpicaban por doquier, sus tetas se movían , apretadas por la tela, cada vez que mi abdomen golpeaba su cara.



Sin sacarla de allí llevé mi mano derecha a magrear aquellas suculentas maravillas que tanto semen me habían sacado la noche anterior.



- Ahora vas a utilizar estas tetas de putita que tienes para hacer que me corra.¿Sí?- dije sacándola de su garganta y sacudiendo su cabeza.- Si lo haces bien te voy a dar una buena carga.



- Mmmmm.- dijo ella apenas se recuperó- Leche de profesor Grey en mi carita.


Le sonreí como respuesta antes de volver a escupirle, mis manos fueron directas a quitarle el top sin ningún cuidado. 


Allí estaba Marina, con su blanca y angelical cara manchada de rímel y saliva y sus perfectas y turgentes tetas decoradas con las mismas pecas que su cara y apretadas dispuestas a satisfacer a su amo.


- Júntalas con los antebrazos.- ordené yo antes de escupir en aquel largo escote.



- Sí profe.- dijo ella obedeciendo al instante.




Sus tetas se deformaban con el mas ligero toque de mi polla devolviendome una exquisita sensación suave y cálida, volvían a su forma original al instante asemejándose a una suave nube de algodón.



Marina la aprisionó en medio con un prieto movimiento antes de mirarme esoerando instrucciones. Mi capullo sobresalía por la parte de arriba mientras que la mitad inferior de mi polla quedaba abrazada por aquellas maravillas.



Sentí la necesidad de volver a besar aquellos divinos labios antes de iniciar el movimiento percutor contra sus tetas las cuales estrujaban el húmedo trayecto que recorría mi polla arriba y abajo.



Era el equilibrio perfecto, estiré de su oelo javia abajo antes de soltar otro escupitajo en su cara, mi mano derecha se aferró a su hombro para tener un mejor agarre. La movía adelante y atrás de manera coordinada con mis embestidas de manera que mi abdomen chocaba con violencia contra su cuerpo.



Ella mantenía con esfuerzo sus tetas juntas para mi mientras mi saliva chorreaba por su mejilla. Notaba que estaba cerca de correrme, instintivamente solté su hombro para agarrar mi polla no sin antes abofetear su cara.


Le estiré del pelo para colocar su cara en el centro de la diana antes de pajearme a punto de disparar, ella abrió la boca sacando la lengua como si me hubiera leído la mente.



Y exploté.



Solté más andanadas de leche de las que fui capaz de contar inunando transversalmente sus labios, nariz y ojos con espesas rallas blancas que iban cayendo una tras otra siendo, cada una de ellas, recibidas con un gemido de aprobación por parte de Marina.


Me aseguré de soltar toda mi carga en aquél delicado lienzo viviente que se mantenía quieto esperando el permiso para moverse.



Dejé mi aún dura polla apoyada en su lengua mientras recuperaba el aliento, ella me miraba orgullosa mientras sonreía.


- Tenemos trato entonces.- dije yo acariciando su pelo de manera condescendiente.- El día del examen me aseguraré de que tengas todas las respuestas.


Apuré las últimas gotas antes de alejarme de ella y guardarme la herramienta. Me senté en la silla y contemplé la obra maestra que acaba de pintar.



- ¿Tienes un Kleenex?- me preguntó ella intentando quitarse con los dedos una de las rayas de semen que le cerraba el ojo derecho



- Tienes un baño ahí.- dije señalando una puerta detras de ella



- ¿Tienes lavabo en el despacho?- dijo ella poniéndose de pie



- Sí, tengo lavabo en el despacho y una "submissive schoolgirl".- dije acomodándone rendido en la silla. Soy un "teacher" con suerte.



- ¿Entonces me pasarás las preguntas para que las estudie?- escuché decir a Marina desde el el lavabo



- Las preguntas ya están subidas al programa de la universidad y nos hacen borrar todas las copias evitar filtraciones. Pero no te preocupes que tu examen llevará una hoja extra con todas las respuestas.



- Genial, me parece bien.- dijo ella cerrando el grifo.- ¿Entonces hay un programa en la nube con todas las preguntas de todos los profesores de la uni?



- Ahá.- contesté viéndola salir del baño.



Volvía a desprender esa dulzura de antes de entrar al despacho.



- Si alguien pudiera hackearlo y tener acceso a toda esa información....- dijo ella vistiéndose.- Yo haría cualquier cosa, CUALQUIER COSA por esa persona.




Marina me guiñó el ojo, recogió sus cosas me besó en la boca y se marchó.




Mi lado oscuro había tomado el poder.





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