Conociendo a mi hija. (6)

Yo estaba decidido a confesar todo a mi hija antes de que se enterara por su hermana pero el desayuno estaba siendo demasiado largo. Robert y mi ex estaban especialmente amables y me dijeron que Sophie y Pauline parecían estar muy contentas conmigo. Al acabar Robert me pidió hablar conmigo en privado para ofrecerme algo, no pude negarme así que vi con resignación como tanto Sophie como Pauline se marchaban juntas de la cocina.


- Verás,- empezó diciendo el francés con mi ex a su lado- ya llevas 4 días con nosotros y...- dijo manteniendo una pausa.


Dios como lo odiaba.


- Lo sé.- dije yo manteniendo las formas- Estoy muy agradecido con vosotros por vuestra generosidad y no quiero ser una molestia.- mentí convincentemente



- ¿Molestia? No, al contrario.- dijo él sonriendo por primera vez



- La verdad es que has demostrado ser una buena influencia para Sophie.- dijo mi ex bajando la cabeza



- Sabemos que ahora mismo no trabajas y Sophie nos ha dicho que eres muy buen informático.- siguió Robert como si hubieran practicado aquella conversación anteriormente



- Robert te ha conseguido una entrevista en la empresa de un contacto suyo, así podrías buscar un piso por aquí tranquilamente.- dijo mi ex sonriendo levemente.- Así estarías cerca de Sophie y... Podríais ecuperar vuestra relación.



En otro universo en el que no me hubiera follado a mi hija y su hermanastra yo le hubiera reprochado que no necesitaría recuperarla si ella hubiera actuado bien. En éste no me sentía con la capacidad de dar lecciones morales a nadie.



- Es una muy buena oportunidad laboral y me he asegurado de que te traten bien.- siguió Robert orgulloso.- Y, por supuesto, puedes quedarte con nosotros el tiempo que necesites hasta que encuentres piso.



La verdad es que me habían desarmado por completo, era una oferta que no podía rechazar.


Acepté la propuesta y me dió hora y localización de la entrevista que era en un par de horas, estaba jodidamente nervioso. Si salía bien podría mudarme cerca de mi hija y eso me alegraba sobremanera ya que una parte de mi se moría al pensar en tener que alejarme de ella.



Fui corriendo a darle la buena noticia a mi hija con algo de miedo por si su hermanastra se había chivado de todas las veces que me la había follado. Sophie se alegró genuinamente demostrándomelo a base de abrazos lo que me llevó a pensar que Pauline no había dicho nada así que me armé de valor e intenté confesar por segunda vez ante mi hija.



Sophie, en cambio, parecía huir cada vez que le decía que tenía que contarle una cosa, era como si viera la preocupación en mis ojos y no quisiera afrontar lo que le tenía que decir. Insistí varias veces pero ella bromeaba para cambiar de tema hasta que un grito de su madre me quitó toda opción.



- ¡Sophie, llegarás tarde a tu clase de yoga!- se oyó la voz de mi ex desde el piso de abajo



- Ya me lo contarás después, papi.- me dijo con un tono compasivo.- Yo me tengo que ir y tú te tienes que duchar para ir a la entrevista, quiero que todo el mundo vea lo guapo que es mi padre.- me dijo a modo de despedida antes de besarme tierna e imprudentemente en los labios. - Mucha suerte.




Me quedé allí plantado, en medio del pasillo, con el corazón a mil por una confesión frustrada. Tuve que hacer un esfuerzo para focalizar mi atención en la decisiva entrevista que tenía en un rato así que me dirigí a mi baño para arreglarme.



La entrevista fue bastante bien, la verdad es que Robert se había portado bien dejándome como alguien muy competente ante su amigo. Mi buen nivel de inglés y mi don de gentes hicieron el resto.



- Estáte atento al móvil que en las próximas horas te llamará mi asistenta para concretarlo todo.- me dijo el que sería mi jefe a modo de despedida.



Salí de la empresa muy contento mientras llamaba a mi hija para contarle todo.



- Dime papi, ¿cómo ha ido?-  preguntó ella ansiosa


- Creo que el trabajo es mio,- dije orgulloso- el santo poder del enchufe.



Ella se rió alegre mientras me daba la enhorabuena, le dije que tenía ganas de verla a lo que ella me contestó que aún ina a demorarse en llegar a casa puesto que su clase se había restrasado.



- Pero espérame en casa y cuando llegue lo celebramos como se merece...- me prometió



- Bueeeno, te esperaré allí...- dije medio en broma- bien solo.



- No estarás solo, Pauline está allí para hacerte compañía hasta que yo llegue.- dijo ella riendo al tiempo que me helaba la sangre



- ¿Y tu madre?- pregunté nervioso



- Ella y Robert tienen una compromiso y han salido.- me explicó ella.- Tú ponte cómodo cuando llegues que aún tardaré, puedes esperarme en la piscina si te apetece.



Llegué a su casa algo intimidado por la idea de encontrarme a Pauline, estaba solo con ella y me sentía presa fácil. Saludé en voz alta y me sentí aliviado al no recibir respuesta por lo que fui a mi habitación a ducharme de nuevo, el calor que hacía no era ni medio normal.


Me desnudé dejando toda mi ropa en el suelo antes de entrar en el baño.



- Vaya, menudo.... recibimiento.- me dijo Pauline asustándome desde el interior del baño.



- ¡Dios!- dije yo instintivamente- Casi me matas del susto. ¿Qué haces aquí?- pregunté tapando mis partes nobles.


Pauline llevaba una blusa veraniega y absolutamente transparente que dejaba ver sus perfectas tetas y que combinaba a la perfección con el semitanga que utilizaba de parte de abajo de bikini.








- Es que...- balbuceó ella sin importarle ni un ápice que se le notara que estaba mintiendo.- Es que me estaba arreglando para ir a la piscina y estaba más cerca de tu baño.



- Ya... ¿Necesitas arreglarte para ir sola a la piscina?- pregunté



- Ajá, soy una chica presumida.- dijo acercándose a mi.- ¿Y tú por qué te tapas? Como si no te hubiera visto ya toda tu...- preguntó alargando su mano hacia mi paquete



- Ya bueno, pues ésta será la última.- dije alejándome de ella.- Voy a contarle todo a Sophie en cuanto llegue así que se te ha acabado el chantaje.



- ¿Chantaje?- dijo ella poniendo cara de niña buena.- No papi, solo quiero celebrar que te ha ido bien la entrevista.



- No me llames así, por favor. Pero...- dije antes de darme cuenta.- ¿Cómo sabes tú lo de mi entrevista o de como me ha ido?



- Mi padre me lo ha contado,- me dijo guiñando un ojo.- y sé que te ha ido bien porque vas recomendado por él. Es obvio que te van a dar el trabajo...



- Bueno.- contesté yo algo confundido.- Aún así ésto no puede volver a ocurrir.- dije absolutamente convencido.




- ¿Seguro?- me preguntó ella quitándose la blusa.


Las piernas me temblaron al admirar aquellas obras de arte creadas por la naturaleza.




- Seguro, no puedo esconderle ésto a Sophie.- concluí antes de salir del baño



- Si tanto te importa, ¿por qué no se lo has contado antes?- me preguntó ella inquisitiva mente




- Porque soy un cobarde y no quiero que se enfade, pero sé que la perderé si seguimos con ésto asi que se acabó.



- Pero...- empezó a decir ella acercándose a mi.



- Pero nada,- le interrumpí callando sus labios con mi dedo índice- ésto se acabó.



Ella me chupó el dedo como respuesta, deslizando su juguetona lengua de arriba a abajo.



- Me voy a la piscina,- dije poniéndome el bañador.- por favor no me acoses.- dije yo todo digno saliendo de la habitación.



Llegué a la zona de la piscina con la pollaas tiesa que un palo y, tras dejar la toalla en la tumbona, me zambullí en el agua para bajar mi temperatura corporal. El fresco vaivén del agua me trajo una pacífica sensación, como si todos los problemas se diluyeran allí debajo.



Cuando estuve más tranquilo salí del agua contento por no ver a Pauline cerca, empecé a creer que me dejaría en paz. Esa creencia duró poco ya que al poco rato de estar tomando el sol escuché como se acercaba hacia la piscina quedándose en el borde.



- No te quiero acosar.- se burló ella mientras colocaba una esterilla en el suelo.- Antes de que vinieras ya tenía pensado hacer mis ejercicios aquí.



"¿Ejercicios, qué ejercicios?" pensé.




- Me parece bien.- le contesté sin querer entrar al trapo.





Pauline se había cambiado la blusa por la parte de arriba del bikini y ahora estaba dándome la espalda haciendo una especie de saludo al Sol.



"¿Eso no se hace por la mañana?" Me pregunté a mi mismo intentando no prestar en el redondo y putamente perfecto culo que se plantaba a unos metros de mi y que acababa de rechazar.






" Joder, qué culo." Era lo único en lo que podía pensar. Minparte débil deseaba levantarme de la tumbona y reventárselo a pollazos allí en medio. Pero fui fuerte y no lo hice.



Pauline empezó a practicar unos ejercicios parecidos al yoga pero cuyo objetivo era insinuar con posturas que te llevaban a la locura.




Opté por hacerme el dormido intentando hacer tiempo para que Sophie volviera a casa, y lo hizo al cabo de unos 20 minutos, al menos aparentemente.



Se abalanzó sobre mi por la espalda tumbándose encima de mi, yo me asusté creyendo que era Pauline pero me di cuenta a tiempo al reconocer el aroma de mi hija.



- Oh cariño, por fin has llegado.- le dije mientras la abrazaba.



- Enhorabuena, papi.- me dijo ella




- Bueno, el trabajo aún no es mio. Hay que esperar.- dije yo humilde



- Seguro que te lo dan, deja que me ponga el bikini y vengo a hacerte compañía.- dijo ella levantándose de la tumbona.- Hola Pauline.



- Oh, qué bien que ya estés aquí.-  le dijo.- Tu padre está como loco por contarte algo.- le dijo con absoluta normalidad.



- Sí cielo, ¿te acompaño a arriba y hablamos?- pregunté yo notando los latidos desbocados en mi pecho.



- Tranquilo papi, seguro que sea lo que sea puede esperar.- me dijo alejándose.- Ahora vengo.



Miré a Pauline inquisitivame y ella me respondió enseñándome el dedo de enmedio. Al poco rato volvió mi hija vestida con un escueta bikini que la hacía parecer recién caida del cielo.




Pauline se acercó a ella y, tras decirle algo al oído, se marchó hacia dentro de casa.




- ¿A dónde va?- pregunté yo nervioso



- No sé.- contestó mi hija.- Me ha dicho que ahora vuelve.


Dijo esto mientras se tumbaba a mi lado abrazándose a mi como un koala a su eucalipto.

- Te he echado de menos esta mañana, papi.- dijo acariciando mi vientre.- Pensar que ahora voy a poder disfrutar de ti para siempreme hace tan feliz...


Su mano bajó unos centímetros más y empezó a jugar con la goma de mi bañador.



- Sí, cariño. Sobre eso... Hay algo qque debes saber.- dije yo algo desconcentrado por las caricias de Sophie.




- ¿Y que es, que te alegras de verme?- me preguntó palpando mi ya dura polla.- Porque parece que hay algo que se está despertando por aquí abajo. ¿O es por los ejercicios de mi hermana?




Se me volvió a helar la sangre.



- Yo... Es lo que intento contarte que... Yo... Ella.- balbuceé



- Ssht.- me susurró Sophie al oído mientrysu mano se colaba dentro de mi bañador.- Lo sé todo papi, no te preocupes. Está todo bien.



Yo me la quedé mirando con una mezcla de incredulidad y alivio. ¿Me estaba enamorando de mi hija?



- Deberías haberlo sabido por mi.- dije antes de que me callara con un beso



- Ya he oído todo lo que necesitaba en tu baño.- me dijo guiñándome un ojo.



- ¿Cómo? No entiendo.


En ese momento volvió Pauline que fue directa a su esterilla para continuar con sus ejercicios totalmente ajena a nosotros.



- Eh, Pauline.- le dijo de golpe a su hermana.- ¿Has visto la polla que tiene mi padre?- le preguntó orgullosa mientras me bajaba el bañador.



- Sabes que sí la he visto.- contestó ésta con absoluta normalidad.



- Bueno, ¿pero has visto lo dura que está?- le preguntó balanceándola de lado a lado.- Creo que está asi por ti.




-¿Por mí?.- preguntó Pauline con ironía.- Tu padre cree que lo acoso.



- Sí, ha sido muy gracioso cuando te ha dicho eso.- siguió diciendo mi hija.



- ¿Pero, es que estabas allí?- pregunté completamente  confundido



- He vuelto a casa antes que tú papi, estaba en la habitación de al lado.- me contestó ella volviendo su atención hacia mi.- Ésta mañana Pauline me lo ha explicado todo y hemos planeado esa... prueba.




- ¿Entonces no estás enfadada?- le pregunté




- Al principio no me ha gustado, no te voy a engañar.- me confesó al mismo tiempo que me pajeaba.- Pero Pauline me ha dicho que quizás te habías podido sentir chantajeada por ella, y bueno sé que lo has hecho para evitar que mamá se enterara de lo nuestro. Además, soy tu hija no tu novia.



- Es demasiada información de golpe,- dije yo algo aturdido- además que me la estés tocando aquí delante de tu hermana...




- Por mi no os cortéis.- dijo ésta haciendose la ofendida.- No quiero que nadie se sienta acosado.




-  Además de mi padre eres un hombre y es normal que un pivón como mi hermana te excite.- dijo ella embobada con mi polla como si fuera la primera vez que la veía.- Y debo decir que me gusta, de alguna manera, ver esa parte de ti. 




- ¿Estás segura?- le pregunté mirándola a los ojos.- No tenemos por qué hacer esto.



- Lo estoy, tu relájate y disfruta.- concluyó apoyando su cabeza en mi pecho mientras me masturbaba.- Deja que tu hija cuide de ti mientras le miras el culo a Pauline.



- Ah, muy bonito.- dijo ésta.- ¿Asi que eso soy yo, no? Un culo que mirar mientras le pajeas.




- Hombre, hay que celebrar que mi padre ha conseguido trabajo aquí cerquita.- dijo Sophie aumentando el ritmo de sus manos.- Trae ese booty aquí para que papi pueda verlo mejor.




- ¿Soy yo el único que cree que todo esto es surrealista?- pregunté al aire viendo como Pauline se acercaba como una niña a una golosina.




Sophie no me contestó ya que de golpe tenía la boca llena mientras que su hermana se dedicó a besarme el cuello dulcemente.




"Joder, ¿eres gilipollas? Disfruta de éste regalo que te está dando la vida y deja de preocuparte" me dije a mi mismo. Y me relajé.



Con mi mano derecha acaricié el pelo de mi hija mientras con la izquierda acerquet los labios de su hermana a los mios.



- Enséñame ese culito.- le susurré a Pauline después de besarla.



Ella reaccionó con alegría dándose la vuelta para ofrecerme un espectáculo visual acorde a la mamada incestuosa que me estaba dando mi hija. 

Agarró mi mano izquierda y la llevó a sus nalgas para que pudiera disfrutar de su suave y turgente tacto, su pálida piel se quedaba marcada con los rastros de mis dedos.



¡Plas!



El palmeteo instintivo de mano sonó justo antes de la risa nerviosa de Pauline que parecía encantada de formar parte de todo esto.



- ¿Ya no crees que te acoso?- me preguntó haciendo burla



- Sí, pero creo que puedo acostumbrarme.- seguí yo con la broma


Tiré de su cintura hacia mi llevando sus nalgas a mi boca antes de morder una. Sus piernas temblaron mientras su mano derecha ibq directa a tocar su coñito.


La aparté de un manotazo asegurándome que era mi mano la que alcanzaba aquella caliente y húmeda rajita que esperaba impaciente a que su hermana liberara mi polla.



Ésta lo hizo tras atragantarse por intentar tragar más de lo que era capaz, nos miró con ojos llorosos mientras se reía por el extraño ruido que había salido de su garganta.



- Ven, siéntate aquí.- le dijo a su hermana balanceando mi mástil como si fuera un joystick.- Quiero ver como esta polla se folla a otra.



Yo acaricié su mejilla con puro amor a sus palabras mientras que Pauline se sentaba encima de mi ensartándose de un movimiento en mi estaca fija por las manos de mi hija.


Un gemido estruendoso salió de los labios de Pauline justo antes de empezar a cabalgarme como si estuviera en un toro mecánico, la muy puta tenía un movimiento de cadera hipnótico que hacia llevar toda mi polla dentro y fuera de su coño en un movimiento circular.



Los ojos de Sophie se clavaron en los mios llenos de curiosidad, yo volví a acariciar su mejilla instintivamente a lo que ella contestó metiéndose tres de mis dedos en la boca.


Era el jodido paraíso.



Liberé las tetas de Pauline con mi mano izquierda mienrras ella aumentaba progresivamente el ritmo de sus movimientos.



-Joder, sí fóllame.- imploraba a gritos totalmente desbocada.- Fóllame bien fuerte, papi.



Noté como Sophie reaccionó a eso, dejó de chupar mis dedos antes de acercar su boca a mi oído.


- Fóllatela bien fuerte.- me susurró sensualmente antes de acercarse a su hermana y agarrarle la cara.- Es mi papi, no el tuyo.



Los ojos de Pauline se clavaron en los de su hermana con una mezcla de placer y desconcierto justo antes de que Sophie le besara apasionadamente en los labios.



Pude notar en las piernas de Pauline como aquello le hacía acercarse aún más al orgasmo, al igual que a mi.


Con mi mano izquierda estrujé sus tetas mientras que con la derecha le agarré de la cintura para llevar el control de la acción, a los pocos segundos Pauline no era más que un juguete en mis manos y en las de mi hija.



Sus piernas seguían temblando al son de sus gemidos cuando la giré como un kebab para colocarla de espaldas a mi, apoyó los pies en el suelo y siguió ensartándose una y otra vez con mi polla dejándome ver en primera persona la perfección de su culo.




¡Plas!




Ésta vez no fui yo.




- Que culazo tienes, puta.- le dijo Sophie a su hermana antes de quitarse la parte de arriba del bikini.



Sus oreciosas tetas quedaron al aire caotando mi absoluta atención, y mi cara debió ser un poema porque en seguida ya las tenía al alcance de mi boca.



Mi hija me acariciaba el pelo mientras me daba un festín con sus pechos, al mismo tiempo su hermana llegaba al orgasmo por el ímpetu de mis acometidas.




- Folla bien, ¿eh?- le preguntó orgullosa mi hija a Pauline 



- Oh joder.- consiguió decir ésta



Yo, que estaba por todo lo alto después de la liberación de tanta tensión acumulada, me ouse de pie y la coloqué a cuatro patas encima de la tumbona. Me coloqué detras disfrutando de las curvas de su cintura y su "bubble butt". Le abrí las nalgas con mis manos descubriendo sus dos lindos agujeros.



- Si le follas el culo a ella antes que a mí sí que me enfado.- me dijo Sophie colocándose a mi lado.



- Oído cocina.- dije agarrando el pelo de Pauline y tirando hacia mi.




Ella no dejaba de gemir feliz dispuesta a disfrutar de todo aquello mienrras intentaba resistir mis violentos golpes en su perfecto culo. La banda sonora estaba formada por los golpes de mi pelvis en sus nalgas y unos gritos ahogados mezclados con un mantra que rezaba "Joder.... Joderrrrrr...."


Le solté el pelo e hice que aplastara su cabeza contra la lona de la tumbona elevando aún más su entrada al paraíso mientras mi hija se abrazaba a mi besándome orgullosa por mi actuación con su hermana.



Pauline se agarraba como podía a la tumbona mientras aguantaba, a duras penas, la dureza de mis embestidas contra su culito respingón. Yo me estaba volviendo loco soltando toda la ira acumulada por el chantaje sufrido los días anteriores intentando castigarla sin éxito ya que cuánto más duro le daba más lo gozaba ella.



La giré bruscamente colocándola boca arriba, quería ver como esas tetas se movían al ritmo de mi polla antes de correrme, Sophie se puso detrás de su hermana poniendo su cara al lado de la de Pauline. Ambas me miraban de presenciar el desenlace, mi hija besaba su a su hermana en la mejilla de una forma muy tierna como dándole la bienvenida a nuestro pequeño círculo incestuoso.


Las piernas abiertas de Pauline enmarcaban su lindo coñito el cual no tardó en dar la bienvenida, de nuevo, a mi dura polla. La banda sonora de gemidos y golpes húmedos volvió a copar el aire, sus tetas bailaban al compás en una coreografía tan hipnótica como coordinada en la que perdí totalmente el control.




Usé todas las fuerzas que me quedaban para intentar impresionar a mi hija con la actuación con su hermana, Sophie me miraba con la boca abierta mientras que Pauline lo hacía con el gesto desencajado por el placer.



Estaba muy cerca.



Saqué mi polla de aquél coño pajeándome ante ellas para hacerles ver lo que iba a pasar. Mi hija agarró la cabeza de su hermana y la colocó pegada a la suya antes de abrir la boca y sacar la lengua, ambas esperaban ansiosas lo que yo tenía que darles.



Y el premio no se hizo esperar, aquella imagen tan angelical como diabólica me hizo llegar muy rápido al clímax.


El primer chorro voló por encima del vientre de Pauline chocando contra su cara con violencia y provocando que ésta se estremeciera.



El segundo lo apunté hacia mi hija para asegurarme que compartían mi esencia como buenas hermanas, Sophie cerró los ojos justo antes de que mi semen chocara contra su preciosa cara.


El tercero inundó el cuello y tetas de Pauline que eran un lienzo perfecto. El resto intenté repartirlo equitativamente entre las dos quedando un rastro perfecto en sus cuerpos de por donde habían ido los tiros (nunca mejor dicho).




Volví a la normalidad poco a poc, jadeando por el esfuerzo y con esa sensación de oaz wue te entra al vaciar tus huevos. Además me sentía esperanzado por todo lo que venía, ¿podía ahira follármelas a las dos sin que ninguna se enfadara? ¿De verdad iba a conseguir un trabajo tan bueno que me permitiera vivir cerca de ellas?



Tanta esperanza me daba un poco de miedo, mi partr de huevón me llevaba a pensar que algo saldría mal.



"Déjate de historias y disfruta, gilipollas" me dije a mi mismo antes de volver mi atención a las hermanas.



Sophie y Pauline se miraban, con las caras aún chorreando, y se reían la una de la otra por el estropicio que había causado en ellas.



- Él es mi papi.- dijo Sophie muy orgullosa




- ¿Puede ser el mío también?- le pidió Pauline



- Me lo pensaré, depende de cómo te portes.- contestó mi hija sonriendo antes de besar a su hermana en los labios.




- Digo yo que algo tendré que decir yo tambien. - dije tumbándome exhausto en la tumbona de al lado.- ¿No?



- ¿Aún te caigo mal?- me preguntó Pauline con cara de niña buena mientras se la limpiaba de mi semen



- Bueno, ahora un poco mejor.- le contesté bromeando



- Me alegro, papi.- dijo ella tumbándose a mi lado y remarcando lo de "papi".



- ¡Oye!- reprochó Sophie a su hermana tirándole del pelo- Aún no te he dado permiso para que le llames así, tu ya tienes a Robert.- dijo tumbándose a mi otro lado.




Nos quedamos unos segundos en silencio tumbados allí completamente desnudos y con sus cabezas descansando en mi pecho.




- Mi padre no tiene esta polla.- dijo Pauline acariciando mi vientre.- Al menos que yo sepa.








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