Madre e hija me utilizan de muñeco de prácticas. - 7

Me desperté en la misma cama donde hacía un rato había desvirgado el ano de Paula a petición de su madre. Los tres nos habíamos quedado dormidos después de la faena, ahora tenía a la madre boca arriba con sus enormes tetas desparramadas por doquier mientras la hija tenía la cabeza apoyada en mi pecho.




Acaricié el flequillo de Paula con ternura viendo su angelical cara dormida subiendo y bajando al ritmo de mi respiración.




- Buenos días cielo.- dijo Sara cariñosamente




Parecía que había superado su prueba com creces ya que desde el momento que me corrí en el culo de su hija me empezó a tratar con una ternura que antes solo me había dado a cuenta gotas.



- Buenos días, Sara.- contesté yo devolviéndole la sonrisa



- No hace falta que seas tan formal, ya eres de la familia.



- ¿Y como prefieres que te llame?- dije yo siguiéndole la broma



- No sé, ya se me ocurrirá algo.- dijo tras pensarlo unos segundos- Tengo demasiada hambre para pensar.



Se acercó a su hija y le besó la mejilla con cuidado para que no se despertará tras lo que hizo lo mismo en mis labios.  Fué un beso de tres segundos en los que pude notar ese cariño del que hablaba anteriormente.



- Parece que ayer hiciste bien tu trabajo. - me dijo acariciando la mejilla de su hija. - Está rendida.



- Eso parece, la verdad es que estaría todo el día mirándola.- contesté casi sin pensar



Sara clavó sus penetrantes ojos en mi pero con total orgullo, como si ese comentario la hubiera descolocado en el buen sentido.



De golpe mi barriga sonó protestando por estar vacía. Cosa que despertó a Paula.



- Vaya, parece que no soy la única que tiene hambre.- me dijo Sara antes de volver a acariciar a su hija.- Buenos días cariño.



- Hola mami.- dijo ella algo cortada tras unos segundos- ¿Sigues enfadada?



- Para nada cariño, estoy mejor que nunca.



Paula le sonrió antes de mirarme a mi con parte de la timidez que le caracterizaba anteriormente.




- Hola.- me dijo sonriendo antes de bajar la mirada



La verdad es que yo también me sentía algo cortado, no solo por todo lo que había estado pasando los anteriores dias si no por algo más. No sabía identificar muy bien que era pero sospechaba que Paula estaba empezando a importarme de verdad.



- ¿Os va a dar vergüenza ahora después de todo lo que hemos hecho?- preguntó riendo su madre.- Daos un beso anda.



Paula acercó sus labios a los mios sin levantar la mirada y roja como un tomate antes de pararse a un par de centímetros de ellos. Recorrí ese pequeño trecho hasta notar la suavidad de su boca en la mía y dejarme llevar.



Lo que empezó como un beso tímido se transformó en uno apasionado que volvió a despertar a mi bestia.



- Vale, vale ya está bien.- dijo Sara poniendo calma y señalando mi paquete- Que Marc se está motivando y yo tengo hambre...



Paula y yo la miramos indagando si había un doble sentido en sus palabras.



- No cielo, no estoy hablando de comerte la polla.- dijo riendo- Estoy hablando de desayunar de verdad.




- ¿Qué hora es?- preguntó Paula
 



Nos quedamos en silencio unos segundos sin saber contestar, yo había perdido la noción del tiempo y parecía no ser el único. Sara alargó el brazo hacia la mesita donde descansaba el teléfono de Paula.



- Ya la hora que es... Mejor salgamos a un restaurante y comemos bien.



Tras las palabras de Sara nos duchamos y vestimos con relativa velocidad, se notaba que los 3 estábamos hambrientos después de tanto ejercicio. Mientras me vestía las tenía a ambas esperando en mi cama. La hija vestía con una falda negra que tapaba lo justo y una blusa de tirantes tan elegante como sugerente, la madre se había puesto unos ajustados tejanos que marcaban su vertiginosa cintura mientras que un delicado jersey rosa mantenía parte de sus botones abiertos con aquellas maravillosas tetas amenzando salir.



- ¿Nos vamos?- me preguntó Sara abrochándose lentamente los botones.



- Sí, estoy listo. ¿Y ésa mochila?- dije señalando una bolsa de deporte Nike que había a su lado



- Cosas...- contestó a medias Sara



- Dice que es para la próxima lección.- me explicó su hija





Paula nos recomendó una hamburguesería cercana que había oído que estaba muy bien así que con la idea de semejante manjar en la cabeza nos dirigimos para allá.



Comimos mientras Sara y yo explicábamos nuestras propias historias de borrachera, la notaba feliz y eso no era lo que hubiera esperado después del incidente de la videollamada.



De golpe, una mujer que me resultaba familiar se acercó a la mesa.


- ¿Sara?- preguntó con dulzura saludado con la mano a Paula que estaba mi lado



Era una mujer muy atractiva, ligeramente más baja que Sara tenía un cuerpo mucho más esbelto. El pelo casi negro y recogido en dos trenza coronadas que enmarcaban unos exóticos y dulces ojos.


Y digo exóticos porque eran algo rasgados pero con las facciones completamente occidentales. Estaba claro que iba o venía del gimnasio porque vestía ropa deportiva pero aún así era evidente que estaba tremenda.





Al menos para mi que soy un enamorado de las MILFS.



- ¡Ay, hola Olga!- exclamó Sara de golpe



- No sabía que venías a estos restaurantes tan modernos.- bromeó Olga



- Ya bueno, es cosa de mi hija que se ha empeñado.- explicó con calma



- ¿Y éste chico tan guapo quién es?- preguntó de golpe mirándome



- Él es Marc, lo conociste en la fiesta de Paula.- contestó Sara algo brusca 



- Ah sí por eso me sonaba.- exclamó - Encantada Marc, yo soy Olga la madre de Clara.



De golpe todas las piezas me cuadraron, esta mujer era la que preguntó por mi en la fiesta de Paula y por la que noté por primera vez los celos en Sara. Lo recordaba perfectamente porque me sentía orgulloso. Y es por eso que Clara también me resultaba familiar además de tener su punto.



- ¿Clara?- pregunté yo prudente



- No te preocupes, ya sé todo lo que pasó anoche.- dijo Olga.- Por cierto Paula, cariño, que sepas que Clara llegó igual que tú y más tarde.



Los 3 nos miramos pensando lo mismo. "No amiga, no sabes lo que pasó anoche".



Paula le sonrió como respuesta




- ¿A quién no le ha pasado algo así, no?- bromeé





Seguimos con aquella conversación banal en la que se notaba como intentaba indagar qué hacia yo allí con ellas, Sara también lo notó por lo que se mantuvo firme en aquella sangrienta batalla de buenas palabras.




Al final pareció ganar ella porque Olga se despidió de nosotros y se marchó.




- Creía que no se iría nunca. - suspiró Sara cuando ya estubímos solos inclinándose sobre la mesa



Estaba sentada en frente de donde yo estaba y juro por Dios que esas tetas querían explotar aquél delicado jersey.



- ¿Crees que sospecha algo?- preguntó Paula




- Hombre, supongo que le es extraño que yo te fuera a buscar anoche y que hoy nos encuentre a los tres aquí.- pensé en voz alta



- ¿Le dijiste algo a Clara sobre Marc?- preguntó la madre a la hija




- Le dije que estaba...- dijo bajando la mirada- Le dije que estaba muy bueno y que me encantaría follármelo



Noté como mi cara se sonrojaba. ¿Por qué mierdas me va a dar vergüenza ahora?



- Bueno, no hay nada de malo en que digáis esas cosas entre amigas.- dijo Sara riendo- Además, siempre podemos decir que sois novios.



Aquellas palabras provocaron la misma reacción en Paula que en mi mismo.




- Pero si le saco más de 10 años... - dije yo notando la incoherencia en mis palabras después de todo lo que habíamos hecho




- No te parecía importar anoche.- me contestó guiñando un ojo- ¿Qué pasa, no te excita follarte también a tu suegra?




La mayoría de sangre que tenía sonrojando mi cara viajó directa a endurecer mi polla debajo de mis pantalones. No dije nada, no podía tener más razón.




- Y eso me recuerda... ¿Te sigues tomando las pastillas, verdad cariño?- preguntó Sara a su hija



- Sí mamá.- contestó ella rutinariamente



- Menos mal, no quiero sorpresas de aquí 9 meses.- contestó la madre - En la videollamada no me pareció ver que llevaras condón, cielo.



- Mamá, que te van a oír.- exclamó Paula




- Solo soy una madre preocupándose por su hija, cariño.- dijo Sara- Estoy aconsejando a mi hija y a mi yerno.




Yo no sabía dónde meterme, toda aquella conversación era surrealista. Aunque con todo lo que ne había pasado ya estaba empezando a acostumbrarme. 




- ¿De verdad quisite chupársela en el coche mientras conducía?- preguntó entre susurros la madre




Casi me atraganto con la Coca-Cola al oír eso. Era una versión de Sara que no conocía, parecía haber aceptado por completo su "particular" modo de amar a su hija. Parecía haberse liberado de alguna pesada carga.




- Mamá...- dijo Paula poniéndose como un tomate




- Vale hija, ya paro.- se excusó - Es solo que a una parte de mí le hubiera encantado estar allí para verte en directo.




- ¿Solo a una parte?- me atreví a preguntar




Sara me contestó con un beso al aire.




- La verdad es que aunque fueses de chico bueno y responsable...- empezó a decir Paula- Tienes que admitir que te la puse bien dura.



Se hizo un silencio entre nosotros antes de empezar a reir por el inesperado comentario de la "chica tímida". Varias personas del local nos miraron por el repentino ruido.




- Shhht, bajemos el tono que os tengo que admitir otra cosa.- susurré haciendo gestos para que se acercaran.- Ahora también la tengo bien dura.




Paula se puso las manos en la boca para no reirse en alto otra vez mientras que Sara se limitó a mirarme cual pantera. A los pocos segundos noté su pié desnudo palpando con pericia mi paquete.




- Es cierto, no miente.- susurró a su hija antes de apartar el pié.- Compruébalo tu misma.




Yo miré a Paula invitándola a que lo hiciera, Paula nos miró a ambos para chequear si íbamos en serio.




A los pocos segundos apoyó lentamente su mano en mi muslo y fue palpando con disimulo antes de tocar hierro. Su tímida mano fue ganando en confianza mientras sus ojos me miraban con incredulidad.




- ¿Pero dónde vas así de duro?- me preguntó sin dejar de sobarla- Que ésto es un sitio público.




- Es normal, está contento de estar aquí con nosotras. ¿Verdad, cielo?- dijo Sara con cara de depredadora.- Con su novia y su suegra.



- No me puedo quejar.- dije apoyando la espalda en el respaldo de la silla para facilitar que me siguieran palpando.




Paula parecía estar en su mundo, me miraba a los ojos mientras su mano no dejaba de masajear mi paquete. Su madre, mientras, se había desabrochado un solo botón del jersey sin dejar de disimular.




Mi corazón latía tan fuerte en mi pecho como mi polla debajo de la mano de Paula. Alargué la mia lo suficiente para colocarla encima del muslo de ésta, ella respondió poniendo su mano libre encima.


Poco a poco me guió hasta sus adentros para hacerme notar su humedad.



- No eres el único que está cachondo.- susurró



- Vale, hora de irse.- dijo de golpe Sara con voz de madre.- Vamos a casa.



Joder sí, vamos a casa.



Con un dolor en el abdomen brutal acompañé a aquellos dos bellezones hasta el párking donde teníamos el coche. 



- Ya conduzco yo, vosotros sentáos detrás.- ordenó Sara antes de subirse en el asiento del conductor.



Paula y yo nos miramos antes de obedecer. A los pocos segundos ya estábamos besándonos apasionadamente mientras estrujaba cada parte de su cuerpo. Sara hacía de chófer atendiendo más su retrovisor central que la carretera.




- Chúpasela ahora.- dijo casi instintivamente - Ya que el otro día te quedaste con las ganas.




Paula me miró a los ojos como si necesitara mi permiso, yo se lo dí al instante. A los pocos segundos ya había liberado a la torre Eiffel y había empezado a lamer los Campos Elíseos.




Así que allí me encontraba yo, en la parte de atrás de un amplio y cómodo coche con los cristales oscuros, la polla en la boca de un ángel y la diosa de su madre conduciendo hacia el altar del pecado.



La vida, a veces, puede ser maravillosa.



Paula me demostró sus mejoradas aptitudes orales durante todo el trayecto mientras yo la iba premiando con caricias y bofetadas a partes iguales.



La putita sumisa de papá disfrutaba de cada una de las partes antes de volver a tragarse mi polla. Tuve que parar su ímpetu en varias ocasiones para evitar correrme antes de llegar a casa, tenía que estar al 100%. Se me estaba haciendo demasiado largo el viaje, de hecho.




- ¿Te has perdido Sara?- pregunté en un momento de lucidez




- ¿Yo? No. ¿Y tú?- dijo ella 




- ¿No íbamos a casa?- volví a preguntar manteniendo a Paula calmada




- Yo no he dicho que fuéramos a casa.- respondió ella




- Eeehm, sí lo has dicho.- contesté notando la garganta de Paula en mi capullo. - Literalmente, de hecho.




- Pues mentí. No seas tan listillo cielo, te quita atractivo.- dijo ella sin dejar de alternar la mirada entre la carretera y el retrovisor




- Sí jefa. - ironicé yo notando la garganta de Paula bastante màs abajo de mi capullo.- Es solo que...



- Para la siguiente lección tenemos que ir a un lugar que está relativamente lejos...- explicó ella.- Tú relájate y disfruta de la boca de mi hija.



Esas últimas palabras no hicieron más que avivar el fuego.



- Créeme que lo está disfrutando, mami.- dijo chulescamente Paula después de sacársela de la boca.- Creo que ese es el problema, lo está disfrutando tanto que está cerca de correrse.




- Ay que mono eres.- siguió la madre tan chulesca como la hija.- Tú córrete tranquilo cielo, cuando te necesite ya nos encargaremos de volver a ponerte a punto.




¿Qué soy, un Twingo?




- Vamos cariño, dale tu boquita para que se desfogue que está nervioso el pobre.- dijo Sara ajustando el retrovisor



- Sí mami.- contestó Paula notando mi pequeño estremecimiento al oírlo.- ¿Qué pasa, te gusta que hable con mi madre mientras te la chupo?




- Ehhh...- balbuceé




- ¿O es que te pone que le diga "mami"?- insistió Paula pajeándome a escasos milímetros de su boca.




Podía ver parte de la mirada felina de Sara en su hija, esa profundidad en sus ojos que te traspasa como un rayo. Y ésta vez no tenía la escusa de ir borracha...




- Mami a Marc,- dijo antes de meterse mi capullo en la boca- le pone que te llame "mami".- dijo después de sacárselo de nuevo




- Sí cariño, ya lo veo.- contestó su madre - Lo haces muy bien.




Era evidente que me estaban vacilando. ¿Pero es normal que ese vacileo me pusiera cachondo?



Yo creo que sí.



- ¿Quieres ver como le doy polla a tu hija?- dije yo viniéndome arriba- ¿Eh mami, quieres verlo?



Agarré la cara de Paula con mi mano izquierda antes de abofetearla de nuevo con la derecha.



- La verdad es que sí.- escuché decir a Sara



Conseguí evadirme de todo, de los coches que circulaban a nuestro por la autopista, incluso de Sara. Para mi solo existía la boca de Paula. Escupí dentro disfrutando de como se estremeció antes de empujar su cabeza hacia abajo agarrandola por la nuca.



Sus labios tocaron mi abdomen de un solo golpe, mi polla se abrió camino hacia lo más profundo de su preciosa boca. La mantuve  totalmente entubada colocando ambas manos encima de su cabeza, disfruté de los espasmos de su garganta acompasado con el sonido atragantado que lo acompañaba.


Lentamente saqué mi manguera de su cabeza durante unos segundos la cual seguía conectada a su boca por hilos de saliva. La recogí toda con la mano y se la esparcí por la cara arruinando su rímel que ya dibujaba gotas de lágrimas negras.



Le volví a abofetar la cara antes de hacer que bajara la cabeza otra vez, su madre nos miraba orgullosa mientras yo utilizaba la boca de su hija para hacerme una paja.



Literalmente utilizaba su cabeza como si fuera una muñeca sexual asegurándome de meter toda mi longitud una y otra vez.




- Tendremos que limpiar el coche despues de esto, eh mami.- dije yo viendo como las babas de Paula inundaban mi abdomen bajando hasta la tapicería de cuero.




Era mi manera de devolvere el vacileo a Paula, y estaba claro que a ella le encantaba. De hecho creo que ni me oyó, estaba en ese mundo al que viajaba cuando teníamos sexo. Se dedicaba a dejarse hacer dispuesta a conplacerme, era curioso como conseguía llevarme siempre a ese punto.



Yo seguí pajeándome con su garganta una y otra vez, después de tanto rato ésta estaba más abierta y me permitía penetrarla sin problemas. 




- Ya viene.- amenacé sin dejar de utilizar su cabeza



- Hazlo dentro.- ordenó la mamá expectante



- Ya viene. - repetí yo acelerando el ritmo.



Apretando su pelo, hundí por última vez su cabeza en mi abdomen inyectando varios chorros de espesa leche caliente dentro de su garganta.



Pude notar sus espasmos en cada uno de ellos y como luchó contra sus instintos para no resistirse. Se limitó a apretar fuerte mis piernas con sus manos sin mover su cabeza ni un milímetro.



Pude identificar cada uno de los chorros con cada gemido atragantado que salió de la ocupada boca de Paula.




- Joder, te avisé de que venía.- dije relajándome al instante



Al hacerlo deje salir parte de mi polla de dentro de su boca, dos gotas blancas aparecieron por la comisura de sus labios y resbalaron hacia la base del mástil.



- Te lo tienes que tragar cariño.- dijo de golpe su madre.- Trágatelo. ¿Sí?



Liberé la cabeza de Paula quién se sacó mi polla de la boca lentamente asegurándose de no soltar nada. Se incorporó con la boca cerrada antes de abrirla lentamente para enseñarnos una masa viscosa y blanquecina jugando con su lengua.


- Muy bien ahora para adentro.- insistió su madre



Paula obedeció tragando toda mi carga antes de abrir la boca y enseñarnos que estaba vacía.



- Buena chica. - dijo su madre al tiempo que yo le acariciaba la mejilla




Volví a abrocharme el pantalón y me dediqué a disfrutar del momento llevara donde me llevara. Y donde me llevó fue a una playa apartada de la mano de Dios.




- Hemos llegado. - dijo Sara alarcando el coche




-¿A dónde exactamente?- pregunté mirando a Paula quien tenía el móvil en la mano




- A donde estábamos yendo, listillo.- me reprochó Sara



- Perdón. - dije- Es solo que no me he traído bañador ni toalla.




- Toallas he traído yo.- se chuleó ella.- ¿La mochila Nike, recuerdas?




- Mamá ésta no es una playa normal.- nos interrumpió Paula mirando la pantalla del móvil.- Aquí pone que es nudista, y que es de esas a las que viene la gente para...




- ¿Para qué? - pregunté yo sabiendo la respuesta



- Para follar.- respondió Sara con verdadera felicidad 





### VISITANDO LAS PÁGINAS DE MIS PATROCINADORES (ANUNCIOS DE ARRIBA Y ABAJO) ME AYUDAS MUCHÍSIMO A TRAER CONTENIDO AL BLOG MÁS FRECUENTEMENTE. ES TOTALMENTE GRATIS###