Madre e hija me utilizan de muñeco de prácticas. (5)

Con los huevos totalmente vacíos y habiendo aceptado sin condiciones la oferta de Sara me marché a mi casa a recoger mis cosas.


El contrato que había firmado como "coach emocional" me obligaba a vivir en casa de mi clienta la cual me dió unas horas para hacer mi traslado.



- Piensa que de momento es algo temporal, tampoco hace falta que te mudes aquí.- recuerdo que me dijo Sara



Ella se ofreció a seguir pagando el alquiler pero aún así me costó dejar mi piso. Me sentía como el típico niño rico que no valora lo que tiene, cualquiera estaría encantado en mi situación.


Me demoré más de lo esperado y se me hizo de noche, con el coche cargado y nervios en el estómago inicié el camino que separaba mi piso de mi nueva casa.


En ese camino mi teléfono vibró con un WhatsApp de un número que no conocía.


"Marc estás despierto?"


Paré el coche y contesté.


"Quién eres?"


"Soy Clara, una amiga de Paula. Éste es su teléfono y me ha pedido que te avise a ti"



"Qué ha pasado?
Ella está bien?"



"Sí está bien, solo que le ha sentado mal algo que ha bebido y creo que es mejor que vaya a casa. ¿Tú podrías pasar a recogerla? Dice que no quiere que su madre la vea así"



Joder que marrón más fresco me tengo que comer nada más empezar mi nueva vida.


" Claro. Pásame ubicación y voy ahora mismo"


"Vale, gracias."


Programé la nueva dirección en el gps y me dirigí al barrio de ocio nocturno de la ciudad. A esas horas estaba lleno de chicos y chicas borrachos y borrachas, se cruzaban por la carretera ajenos al paso de los coches.


Me sentí mayor al ver que eso ya no me apetecía en absoluto, una parte de mi envidiaba a Paula por poder volver a sentir por primera vez muchas experiencias.



Su primera borrachera y a mi ne había tocado hacer de niñero. Aunque con 18 años ya iba siendo hora de que se desmelenara.



No me costó identificarlas una calle más abajo de la entrada a una discoteca, Paula bailaba evidentemente borracha mientras otra chica estaba con ella intentando calmarla.



Paula vestía una blusa de manga larga, ajustada recortada hasta el ombligo y con escote recto con los hombros desnudos. Llevaba una minifalda a juego que le remarcaba sus perfectas proporciones. La otra chica, que debía ser Clara, era una chica morena con el pelo largo y algo más robusta que Paula. Aún así el vestido ajustado y corto que vestía le hacía un cuerpo de infarto.






- ¿Paula estás bien?- dije yo tras acercarme con el coche


Ella se acercó a la ventanilla para poder reconocerme.



- ¡Maaaarc, has venido a buscarme!- gritó ella 


- Hola Marc, yo soy Clara. Gracias por venir a buscarla.



- No gracias a ti por cuidar de ella.- dije intentando ser agradable



- Paula me voy, te quedas con Marc. ¿ Sí?- le preguntó a su amiga



- Vale.- contesto ésta intentando concentrarse

Se giró hacia mi al tiempo que se levantaba la falda mostrándome su delicada lencería.





Se abrazaron y, con dificultades, se subió al coche.



Inicié el camino a su casa sin saber muy bien qué hacer, lo más prudente sería explicarle todo a su madre. Era literalmente mi primer día de trabajo y me exponía a que Sara me oillara intentando ocultarle algo.



Por otra parte me daba pena Paula, me había avisado a mi porque sabe que su madre se enfadará por verla así. Ha confiado en mi para buscar ayuda y me jode fallarle.



- ¿No le dirás nada a mamá, verdad?- me preguntó ella intentando mantener la vista fija en mi



- Paula si tu madre se entera de que le estoy ocultando algo...



- Por favor, no. No tiene porque enterarse.- dijo ella poniendo su mano delicadamente en mi brazo.



- Tú insististe para que aceptara el acuerdo, si nos pilla y me echa... No creo que nos volvamos a ver.



Paula se quedó callada pensando mientras yo seguía conduciendo acercándome cada vez más a su casa.







De golpe se desabrochó el cinturón y empezó a desabrocharme el pantalón abalanzándose sobre mi.


- ¿Paula qué haces?- dije yo dando un pequeño volantazo por el susto


- Te voy a comer la polla para que me cubras con mama.- dijo más decidida que nunca


- Ahora no es el momento Paula.- dije intentando evitar que me sacara la polla.- Para por favor.- dije sin ningún resultado.


Paré el coche a un lado de la carretera cerca de la entrada de su urbanización.


- Escúchame.- dije intentando mantener la calma- Has salido de fiesta y te has emborrachado. A todos nos ha pasado alguna vez, a mi más de las que quiero reconocer.- mi voz intentaba sonar amable.- Seguro que hasta a tu madre le ha pasado. No te preocupes lo entenderá.


- No, no lo hará.- me dijo sentándose de nuevo.- Me pidió expresamente que no bebiera que con el mojito tenía más que suficiente. Está aterrada con que alguien me viole. No me dejará volver a salir de fiesta o lo que es peor, querrá venir conmigo.


Me quedé unos segundos degustando la ironía.


- Pues no parece importarle que yo... quiero decir,...- dije antes de quedarme callado


- Tú no cuentas.- dijo ella sonriendo- Tú has sido mi crush desde pequeñita. Si ella está delante controlando... ella encantada.


- ¿Y tú?- dije contento por haber calmado la situación


- ¿Te puedo comer la polla ya?- me preguntó levantándose la blusa


Sus preciosas tetas hacían crecer mi polla a la vez que el "control de la situación" se volvía a ir a la mierda.


- ¿O prefieres volver a meterla aqui enmedio?- dijo apretando sus pechos entre sus brazos.- Esta tarde parecían volverte loco.



Joder como cambia la niña tímida a la que bebe un poco...


Sin esperar a mi respuesta volvió a abalanzarse sobre mi paquete el cual se había endurecido al instante quitándome toda credibilidad. Yo me resistí intentando abrocharme el pantalón de nuevo.


- ¡Que me dejes comerte la polla! ¿No te paga mi madre para eso?- dijo ella perdiendo momentáneamente los nervios


Mi cara debió ser un libro abierto porque a los pocos segundos Paula se disculpó.



- Perdona, no quería decir eso...- dijo bajando la cabeza



- Mira Paula si queremos que esto funcione debemos ayudarnos el uno al otro. ¿Tú quieres que yo siga formando parte de esto?- le pregunté


- Sí, claro que sí.


- Pues entonces esto tiene que ser un "quid pro quo".


Ella asintió como respuesta justo antes de volver a abalanzarse sobre mi sentándose encima de mis piernas. Sus tetas seguían al descubierto y fueron la distracción perfecta para conseguir sacar mi polla sin que yo opusiera resisténcia.


- Paula...- dije yo perdiendo autoridad por momentos

Ella me calló con un apasionado beso a la vez que restregaba su pubis contra mi polla desnuda. Podía notar el olor a alcohol de sus labios y la humedad a través de la lencería haciéndome intuir lo que Paula quería hacer.


- No me importaría que me violases tú.- aseveró antes de lanzarse a bersar mi cuello


 
- Pues cuando me has dicho lo de "no te paga mi madre para eso" me han dado ganas. - dije intentando mantener la cordura.


- Pues si quieres te lo vuelvo a decir- me dijo totalmente irreconocible


- Tu madre me mataría si te desvirgo sin estar ella presente. - contesté a la vez que contenía la lujuria que me provocaban sus besos


- Bueno, tengo más agujeros...- dijo fuera de sí. - ¿No decías no sé qué de "quid por el culo"?


- No sabes lo que dices, - dije apretando sus mejillas con mi mano izquierda- no sería muy agradable para ti. Te lo aseguro


- Ponme a prueba. - dijo estremeciéndose por mi brusquedad repentina.


Yo metí mi dedo índice en su boca como respuesta sabiendo que ella me lo chuparía al instante.


- Mira mi polla. - le ordené


Ella obedeció sin dejar de chuparme el dedo.


- ¿La ves? - pregunté



Ella asintió disfrutando del momento tras lo que saqué mi lubricado dedo de su boca y se lo mostré directamente a los ojos. Esa misma mano fué hacia su trasero levantándolo de golpe, mis dedos apartaron hábilmente sus braguitas antes de que el índice se abriera camino hacia su ano.


Noté el espasmo de Paula cuando la yema de mi dedo rozó las comisuras de ese estrecho agujero.


- ¿Qué pasa, no te gusta? - pregunté llevando mi mano derecha a su cuello


Ella volvió a asentir evidentemente dispuesta a disfrutar de mi performance.


- Pues vas a tener que relajarte- dije notando la tensión en sus nalgas ante el avance de mi dedo


Paula hizo un esfuerzo consciente para relajarlas dejando vía libre a mi introspección. Lenta, pero inexorablemente hice avanzar aquél explorador que fue llenando aquél virgen agujero.


Paula chilló antes de volver a tensar sus nalgas por lo que dejé de avanzar dentro de ella, por contra agarré su cabeza para traer su oído cerca de mi boca.


- Ahora imagina que la estrecha punta de mi dedo fuera la gorda punta de mi polla. - le susurré autoritariamente en su oreja. - ¿De verdad quieres que lo haga aquí y ahora?


- Vale, vale. - dijo ella sobrepasada. - Sácalo ya.


- Vayamos a tu casa, intentemos que tu madre no se entere que vas borracha y... seguro que tarde o temprano acabarás recibiendo mi pollapor ahí. - dije volviendo a creerme dominador de la situación. - Pero bien hecho.


Paula no contestó, se limitó a mirar mi erecta polla que parecía totalmente ajena a mi relato de "moderación y prudencia".


- Pues entonces fóllame. - volvió a la carga Paula mientras se quitaba las bragas


- Paula ya hemos hablado de esto. - dije cansado


- Me da igual lo que diga mi madre, es mi elección. Quiero perder la virginidad contigo, aquí y ahora. - me suplicó agarrando suavemente mi cabeza para mirarme a los ojos. - Con esta polla.


Yo no contesté, no sabía que decir. Tenía toda la puta razón del mundo, era su vida no la de su madre. Sara decía querer que su hija viviera la vida, pero en realidad era su comportamiento controlador lo que, en parte, se lo impedía.


- Éstos últimos días estoy descubriendo cosas que hubiera imaginado vivir. - dijo ella experimentando una revelación- ¡Joder que ya soy mayor de edad, puedo hacer lo que quiera con mi vida!



El sonido del teléfono de Paula interrumpió el momento, en la pantalla aparecía el texto "Videollamada entrante de: a. Mamá"


Nos miramos a los ojos durante unos larguísimos dos segundos.


- Paula no lo cojas. - dije yo adivinando sus intenciones


- ¿Qué pasa, te da miedo mi madre? - preguntó ella antes de alargar su brazo hacia el teléfono


- ¿A tí no? - pregunté inútilmente quitármela de encima


- Dime mamá. - dijo Paula al móvil


- ¿Dónde estás? - preguntó su madre viendo un primer plano de la cara de su hija borracha


- Estoy bien, tranquila. - contestó su hija trabándose un poco- Marc está conmigo.


- ¿Marc? ¿Por qué, qué ha pasado? - preguntó la madre nerviosa


- Pues que no te he hecho caso y sí me he bebido unas copas. - explicó su hija ampliando el plano de visión de su cámara. - Y como Marc es un cielo me ha pasado a buscar.


Poco a poco su madre pudo ver como su hija se encontraba sentada encima de mi polla, todo dentro de mi coche en la cuneta de la carretera.


- ¿Paula qué haces? - preguntó preocupada- Esto no es lo que habíamos hablado.


- Lo sé, pero no es tu decisión mamá, es la mía. - contestó la hija apoyando el teléfono de forma que estuviéramos perfectamente encuadrados en plano- Pero si quieres puedes ver como se follan a tu hija por primera vez.


Silenció a su madre antes de volver a recolocarse encima de mí, sara se limitó a mirarnos igual que una leona mira a un ñu.


- Tu madre nos va a matar. Primero me despedirá y luego me matará. - dije yo impaciente por lo que estaba a punto de pasar. - Por ese orden.


- No si le das un buen espectáculo. - me dijo Paula besándome- ¿Al fin y al cabo no te paga para eso?


Esas palabras me encendieron, me sentía herido en el orgullo cuando Paulame trataba así. Pero era un rencor que se transformaba instantáneamente en deseo por castigarla, y ella lo sabía perfectamente.


Mi mano derecha fue directa a estrujar con fuerza sus perfectas tetas abofeteándolas con dureza mientras mi mano izquierda volvía a sus puestos en el respingón culo de Paula. El dedo índice recorrió de nuevo, esta vez menos lubricado, el mismo camino de hacía unos segundos taponando su ano de manera preventiva.


Era como una medida preventiva para secuestrar su movimiento con la amenaza de una nueva e inesperada introspección. Ella se asustó cediéndome el control al momento dispuesta a disfrutar de la atracción de feria que estaba a punto de montar.


Moviéndola a pulso con mi mano llevaba de arriba a abajo su mojado coño por encima de mi polla que seguía reposando en mi barriga, la chulería de Paula había desaparecido y se limitaba a dejarse llevar. Sus rasurados labios vaginales besaban húmedamente toda la longitud de mi mástil lubricándolo y haciéndome ver que estaba preparada.


- Incorpórate. - ordené agarrando mi polla por la base


Ella obedeció dejando la entrada a su virgen paraíso a escasos centímetros de la punta de mi estaca. Yo llevé mi mano izquierda a su cintura antes de rozar suavemente mi capullo por aquella jugosa hamburguesa. Paula se estremecía con cada contacto haciéndome notar su leve temblor de piernas.


- Sin prisa, pero sin pausa. - aseveré antes de empujar de su cadera hacia abajo.


Ella asintió respirando aceleradamente mientras mi anaconda se ponía en posición de entrada directa. Pude ver en sus ojos como de golpe era consciente de que estaba a punto de sentir dentro toda la longitud de esa polla que tanto le fascinaba. Era una mezcla de impaciencia y miedo.


Levanté su corta falda para poder ver con mis ojos lo que sentía en mi polla, Paula estaba completamente mojada, pero seguía tensándose con cada pequeño movimiento.


- Relájate, si te relajas entrará fácilmente.- dije


- Eso es muy fácil de decir cuando no estás a punto de ser empalada. - se quejó ella nerviosa

Eché una fugaz mirada a la pantalla del teléfono para comprobar que su madre seguía viéndonos con el mismo interés que mi padre ve la Champions. Mi mano izquierda abofeteó repentinamente su cara antes de agarrar su cuello, Paula volvió a estremecerse dejándose llevar al recibir mi escupitajo en su nariz.


Gimió cerrando los ojos antes de mirarme complaciente con mis babas colgando por su mejilla, sabía que a Paula le iba eso y también que distraer su atención relajaría sus músculos.


De un solo movimiento conseguí introducir todo mi glande dentro de ella antes de que se diera cuenta. Eran demasiado estímulos intensos en poco tiempo y sus reacciones parecían ir con cierto retraso, como si quisiera asimilar una a una cada experiencia.


Chilló cuando fue consciente que había perdido la virginidad en un instante, grito que se transformó en profundo gemido mientras el avance de mi polla provocaba que los acontecimientos la atropellaran.


Llevaba unos minutos con los ojos cerrados y retorciéndose encima de mis piernas, yo aproveché esa extracción para seguir metiendo más de mí dentro de ella a la vez que le estrujaba y lamía las perfectas tetas que quedaban a mi alcance.


Y como había vaticinado, sin pausa, pero sin prisa había conseguido empalar a Paula por completo asegurándome que fuera una noche que no olvidara jamás. Al segundo ella fue consciente del logro y me dedicó una sincera sonrisa antes de abalanzarse sobre mis labios apasionadamente.



Mi dedo índice izquierdo volvió a su amenazante posición en su culo para asegurarme de nuevo el control antes de hacer que empezara a moverse arriba y abajo. Llevaba esperando demasiado tiempo este momento y no podía esperar más.



Paula me seguía besando a la vez que gemía por la lenta salida de la anaconda antes de colapsar sobre mí cuando volví a meterla inesperadamente hasta lo más profundo de su ser.


Su poderoso gemido sonó después como el trueno hace con el relámpago, sus piernas temblaban descontroladas mientras le hacía volver a subir. Aquél coño succionaba y escupía mi polla de una manera que no hacía el de su madre, era muy difícil mantener el control y no venirse arriba por lo que a los pocos segundos me descubrí abrazado a su cuerpo manteniéndolo fijo para ayudar al movimiento percutor y reiterado de mis caderas contra su culo.


Solo se oían los descontrolados gritos de Paula y el palmeteo constante de mis acometidas, ella intentó de manera instintiva apoyar sus manos en mi por lo que se los agarré colocándoselos en la espalda como si estuviera esposada. Con mi mano izquierda la mantenía prisionera y la llevaba de arriba a abajo mientras con la derecha abofeteaba sus tetas y sus rojas mejillas.


Paula me miraba con los ojos desencajados del placer mientras sacaba su lengua inconscientemente, la situación le sobrepasaba por completo y estaba confirmando su placer por la sumisión.


Yo disfrutaba como un enano de la coordinación entre lo prieto de su coño y el baile de sus tetas. Cuánto más fuerte me la follaba más botaban sus tetas, y viceversa. El problema venía de la falta de espacio, no paraba de darme golpes en las piernas con el volante cuando me venía arriba.


- Vamos fuera. - ordené de golpe alargando mi brazo hacía el teléfono


- ¿Me vas a pegar? - bromeó Paula volviendo poco a poco a la realidad


- Te voy a refollar.- amenacé abriendo la puerta y llevándome a Paula de la mano


En aquella carretera no había nadie y era muy fácil detectar si venía un coche por las luces y el ruido. Las luces del mío alumbraban una mesa de camping situada a unos metros de donde estábamos.


Llevé a Paula hasta allí y la apoyé encima poniéndola de espaldas a mí, le bajé el tronco hacia la mesa dejando su precioso culo apenas tapado por la falda. Mi mano izquierda volvió a aprisionar las suyas en su espalda levantando a la vez la escueta tela que tapaba su trasero, mi mano derecha mantenía el teléfono cambiando la dirección de la cámara enfocando en primer plano como mi erecta polla iniciaba su camino de vuelta a los adentros de Paula.


Podía ver perfectamente la curiosidad en los ojos de Sara a través de la pantalla, estaba dispuesto a regalarle del mejor POV posible de la pérdida de la virginidad de su hija. Los faros de mi coche mantenían una iluminación buena por lo que yo empecé a follármela a partir de lo que veía en la pantalla.


La delicada cara de Paula rozaba contra la áspera madera cada vez que mi abdomen golpeaba sus nalgas, su coño recibía encantado las intromisiones de mi mástil cada vez que éste alcanzaba lo más profundo de su alma. Paula estaba allí en cuerpo, pero su mente volaba a bastantes metros sobre nosotros, su boca gemía diciendo cosas inteligibles como si fuera un mantra.


Le solté las manos para agarrar su pelo de un movimiento haciendo que levantara la cabeza hacia atrás. Sus manos se apoyaron instintivamente en la mesa intentando mantener el equilibrio ante mis brutales empujones, pero la violencia y contundencia de mis acciones provocaron que se corriera a los pocos minutos entre gritos haciendo que todo su cuerpo flojeara entre espasmos. Volvió a colapsar sobre la mesa relajando cada músculo de su cuerpo por el orgasmo y ofreciéndome una clara visión de sus dos agujeros, uno lleno y el otro deseado.


Saqué mi polla lentamente del de abajo antes de apoyarla en la entrada del de arriba, Paula estaba tan relajada que i reaccionó. Quién sí lo hizo fue su madre revolviéndose a través de la pantalla.



Enfoqué mis dedos haciendo el gesto de negación.



- Gírate, ponte boca arriba. - ordené autoritario




Ella obedeció al instante abriendo sus piernas para mí, yo las agarré y las coloqué al lado de su cabeza haciendo que su lindo coñito quedara expuesto y apretado. Era una de mis posturas favoritas e iba ser el acto final del show.


Sin soltar sus piernas dirigí mi lanza a aquellos lindos labios verticales que llevaban al prieto y húmedo paraíso. Mi glande fué succionado lentamente haciendo que me quedara quieto para disfrutar al máximo de la sensación. Al hacerlo, el mismo coño que acababa de succionar mi polla ahora la estaba escupiendo con la misma lentitud.


Empujé lentamente con mis caderas para aprovechar cada centímetro de aquella entrada a sus adentros, abofeteé sus tetas de nuevo (me encantaba ponerlas rojas) y me dejé llevar. Sara debía estar enganchada a su teléfono viendo en primer plano como casi violaban a su hija y le hacían tener su segundo orgasmo, de su vida y de la noche.


Su preciosa cara estaba ahora sonrojada y desencajada por el placer enmarcada por sus piernas, sus tetas se apretaban botando descontroladas cada vez que golpeaba sus pubis con mis caderas. Era, sin duda, el mejor coño que me había follado jamás y no pude evitar llegar al clímax.


Saqué la polla de sus adentros para pajearme a un centímetro de sus labios vaginales, el primer chorro voló por encima de ellos y alcanzó sus tetas y su barbilla. El segundo se repartió entre su barriga y su hombro derecho, el tercero fue redirigido hacia dentro de su coño con un movimiento rápido de mi mano. Inyecté los otros 3 dentro de ella disfrutando de cada uno de sus espasmos al hacerlo.


Cuando me sentí completamente vacío le acaricié la cara cariñosamente disfrutando de cómo sus ojos apenas eran capaces de enfocarme. Me sonrió como respuesta a medida que iba volviendo a su cuerpo. Saqué lentamente mi polla de su ubicación provocando que mi corrida chorreara de sus labios vaginales como un bollo relleno de crema.


Me aseguré de que Sara tuviera un primer plano de ello, era evidente que se estaba tocando. Cuando Paula se puso en pie me abrazó.


- Gracias. - me dijo antes de besarme y quitarme el móvil


Se puso bien la ropa y entró en el coche.


- ¿Vamos? - preguntó como si nada hubiera pasado


Entré en el coche sin contestar después de abrocharme los pantalones.


- Ya vamos para casi, mami. - dijo burlescamente Paula desmatándola.


- Ya hablaremos mañana…- amenazó su madre  




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