Madre e hija me utilizan de muñeco de prácticas. - Capítulo 2

Al día siguiente de los incidentes en casa de Sara trabajé como nunca lo había hecho para organizar una buena fiesta de cumpleaños en tiempo record. Una proeza teneiendo en cuenta los pocos amigos que tenía Paula y el hecho de que ella ya había cumplido los 18 hacía unos días. 


 Sabía que probablemente Sara no me llamaría pero quería estar preparado por si acaso. Sentía que a mi polla y a mi cuenta bancaria le sentaría muy bien llevarme bien con ella.


 Satisfecho con el trabajo bien hecho me limité a esperar la llamada intentando no hacerme demasiadas ilusiones. Tarea imposible ya que cada dos por tres se me venían a la cabeza las imágenes del día anterior.


 Eran ya las 19h cuando sonó el teléfono. 


 - ¿Sí? 


 - Hola cielo, perdona que te llame a estas horas. He estado muy liada preparándolo todo con Paula y se me ha ido el día. 


 - Ah no te preocupes ya entiendo que organizar un buen cumpleaños no es fácil. 



 - No era... otra cosa. En lo del cumpleaños esperaba que me ayudaras tu, no? 



 - Ah sí perdona, creí que... Bueno, da igual. La verdad es que he conseguido ultimarlo todo y estoy convencido de que mañana saldrá todo genial. 



 - Estupendo.- dijo ella un tanto apática, como si no le importara demasiado lo que le estaba contando 




 - Si tienes un minuto te pongo al día. 



 - Ay no pero por telefono no cielo. ¿Estás libre? ¿Te puedes pasar por casa? 



 - Eh...- dudé yo inoportunamente bloqueado



 Joder claro que sí podía. 



 - Así me cuentas mejor todo y yo te propongo algo.- insistió ella



 - Claro sin problema. Me vendrá bien saber mejor tu opinión, al fin y al cabo es el cumpleaños de tu hija... 




 " Joder Marc deja de decir putas obviedades" Me abronqué yo para mis adentros. 



 - Eh... sí, del cumpleaños. ¿Entonce vienes, no? Hasta ahora.- dijo ella colgando antes de que pudiera contestar. 



 El corazón me martilleaba el pecho mientras esperaba que me abrieran la puerta. 



 - ¿Quién es?- preguntó la voz de Paula al otro lado de la puerta. 



 - Hola Paula,- dije yo bastante cortado viendo como se abría la puerta.-soy Marc que tu madre me ha dicho que viniera y... ¡WOW!




La imágen de Paula abriendo la puerta en bikini me dejó noqueado. Ese jodido trozo de tela azul parecía una maravillosa obra de arte encima del cuerpo de aquella chica. 


 -Sí ya me lo ha dicho.- dijo ella bajando la cabeza 



 - ¿Te he pillado en las piscina, eh?- dije yo para romper el hielo 



 - Sí.- rió nerviosa- Pasa es por allí.- me dijo ella guiándome 


 Me llevó a través de la entrada y el salón para salir a la piscina, yo iba detrás deleitándome co la imágen del perfecto culo de Paula moviendose al vaivén de su nervioso andar. Era pequeñito pero respingón y pedía a gritos que lo mordiera.



 "Cálmate Marc que luego dices gilipolleces"




Al llegar a la piscina Sara nos esperaba sentada en la zona "chill-out" vestida con un ajustado vestido rojo y negro con un enorme escote atrapa-miradas. 


Me saludó e invitó a sentarme con ellas para explicarle mis ideas. Lo hice captando poco su atención, Sara parecía querer abreviar mientras que Paula permanecía callada pero sin dejar de mirarme fugazmente. 


 - Y bueno con todo esto que te he comentado estoy seguro que mañana saldrá todo genial.- dije yo al acabar mi presentación. 


 - Genial a mi me ha gustado, cielo. - dijo Sara fingiendo interés.- ¿Verdad cariño?



 Paula asintió tímidamente como respuesta 



 - Estupendo, de todas formas podemos adaptar cualquier cosa a vuestras preferéncias.- seguí yo intentando ser profesional- Por ejemplo a eso que querías proponerme... 



 -Ah sí, bueno no tiene nada que ver con la fiesta. Verás,- dijo ella levantándose y sentándose a mi lado.- ¿Recuerdas todo aquello que te expliqué de la timidez de mi hija? 



 - Eh... sí.- dije yo mira do a Paula un tanto incómodo viendo como la mano de Sara se posaba en mi muslo. 




 - No te preocupes por ella, está totalmente de acuerdo y sabe que lo necesita. Ven aquí cariño. Vamos a practicar el oral como dijimos. 




 Paula obedeció a su madre sentándose también a mi lado mientras que ésta liberaba sus preciosos melones. 



 - Mi hija necesita perder la vergüenza y a la vez aprender sobre el sexo y puesto que solo tiene a su madre,- dijo Sara dejándome jugar con sus tetas- su madre será quien le enseñe. 




 Metió la mano por dentro de mi pantalón para comprobar que mi serpiente aún estaba despertando. 



 - Cariño haz lo que te he dicho antes.- ordenó la madre 



 Cuando me giré para ver que era eso contemplé los perfectos y turgentes pechos de Paula botando arriba y abajo y siendo apretados entre sus brazos. Aquella imágen me puso duro del todo a lo que Sara aprovechó para liberar a Willy y empezar su clase magistral. 



 - Cariño escúchame, al principio debes masajear suavemente el pene para que se ponga a punto. En este caso ya lo está porque a Marc le encantan las tetas de nuestra familia, pero si no lo estuviera ayuda que beses y lamas sus testículos. 



 Paula escuchaba ensimismada observando como su madre se arrodillaba entre mis piernas y me lamía las pelotas. 



 - Recuerda hacerlo con cuidado porque es una zona sensible- seguía Sara sin dejar de sobar mi escroto, mi polla latía de la excitación esperando que alguien la chupara.



 Instintivamente lleve mi mano a la cabeza de Sara para que empezara ya. 




 - Y cuando está así es cuando esta apunto de caramelo.- dijo la maestra a la alumna- Es aquí cuando tu debes decidir si él te va a usar a ti o si vas a ser tu el que lo uses a él. - sentenció apartando mi mano de su cabeza antes de besar mi frenillo. 



 Fue como si le diera a una tecla mágica que me hizo desplomarme y cederle el control. a cambio recibí una de las mamadas mejor hechas que yo hubiera visto jamás. Era una experta en subir la intensidad de manera progressiva antes de dejarte al abismo y parar en el momento justo para seguir con la performance. 



 Pese a la longitud y grosor de mi polla la maestra era capaz de demostrar su habilidad de hacer desparecer más de la mitad dentro de su cabeza casi sin esfuerzo haciendo conmigo lo que quería. Creí varias veces que me corría y cada una de ellas Sara lo anticipó y supo como calmarme. 




 - ¿Y como sabes cuando tienes que parar o seguir?- preguntó la alumna tímidamente 



 - Con la práctica, cariño.- dijo la maestra volviendo a sentarse a mi lado. Todo es cuestión de práctica. 



 Paula se colocó entre mis piernas decidida a imitar a su madre, se le notaba que el querer agradar era una característica de su personalidad y eso lo llevaba al sexo. Al contrario que su madre. 




 Sara me contentó acercándome una de sus tetas a la boca para que me diera un festín mientras observaba atentamente a su hija. Paula empezó masajeándo torpemente la empapada polla que le había dejado su madre sin saber bien por donde empezar. 




Yo la notaba latir entre sus manos esperando impaciente la acción. Paula se recompuso y empezó a masturbarme de una manera mecánica pero correcta, sus manos eran más pequeñas e inexpertas que las de su madre pero aún así consiguió hacerme sentir aún más poderoso. 




 Pasados unos segundos recordó el viaje de su madre por mis huevos por lo que se abalanzó a besármelos con demasiado ímpetu. 




 - Recuerda ser cuidadosa ahí abajo cariño, es una zona sensible.- aleccionó Sara a su hija mientras me daba a mi de mamar. 



 Paula obedeció y trató con cuidado cada centímetro de mi escroto besándolo y lamiéndolo con más delicadeza que maña sin soltar mi polla. 





Pude ver a través de las tetas de Sara como ésta agarraba la mano de su hija y le indicaba que me siguiera pajeando mientras lo hacía. 





 Pasados unos instantes se incorporó soltando mi polla que cayó dura y palpitante sobre mi vientre, entonces y por primera vez en la vida, Paula me sostuvo la mirada de forma constante mientras abría la boca y sacaba la lengua. 




Se inclinó sobre mi lamiendo de abajo arriba mi polla y se acercó a mi cara antes de implorarme convincentemente. 



 - Úsame 




 Sara se entusiasmó al instante arrodillándose al lado de su hija y plantándome las tetas en mi pierna derecha. 




 - Adelante, úsala.- me exigió impaciente 




 Y entonces se paró el tiempo para mi, ese momento se congeló para siempre en mi mente. Paula me miraba implorante con su preciosa cara pegada a mi polla haciendome sentir su aliento. Al lado su madre me ordenaba deliberadamente que usara la boca de su hija. 




 Toda timidez se evaporó. Por primera vez tenía yo el control. Con mi mano izquierda acaricié la mejilla de Paula mientras le guiñaba un ojo, con la derecha agarré mi amenazante polla y la erguí para colocarla al lado de su cara. 



 - Oh cariño, tu primera polla es más grande que tu cabeza.- se rió Sara Paula rió nerviosa sin dejar de mirarme con curiosidad. 




El suave roce de su mejilla en mi glande encendía mis fuegos más profundos por lo que empecé a masturbarme deformándola con mi mástil en el proceso. La sensible piel de mi glande rozaba lubricada sobre la suave piel de la cara de Paula haciéndome perder el control, mi mano izquierda cada vez apretaba mas fuerte su mejilla. 




 - Saca la lengua.- ordené 




 Paula obedeció para mi deleite ofreciéndome todo su calor para impregnar mi capullo. Me estaba recreando en el momento disfrutando por anticipado de lo que iba a pasar. Iba a desvirgar su boca y lo iba a hacer pensando solo en mi. Introduje mi glande en su boca y me jacté al pensar que era la primera polla que le hacía abrir tanto la boca... bueno y en general. 




Rápidamente todo el calor húmedo me inhundó de placer y me hizo estar ahí disfrutando de aquella sensación mientras Sara seguía mirando intensamente a su hija. De hecho estaba disfrutando de aquello y animaba a su hija gimiendo cada vez más inensamente. 





Me recordaba al primer encuentro cuando me cabalgaba a su antojo chillando como una posesa. Ella seguía ajena a mí y centraba su atención en Paula como si yo fuera un dildo. 




 - Disfruta del momento cariño, es tu primera polla y eso nunca se olvida.- dijo casi emocionada 




 Yo en aquél momento estaba en mi mundo en el que solo existía el calor húmedo de su boca en mi polla. Poco a poco fui introduciendo más longitud de mi mástil sin dejar de mirarle a los ojos, Paula transmitía mucho con ellos y sentía que ahora me pedía mi apoyo para ese momento. 




Yo intenté transmitirle todo el cariño que pude para el mood en el que estaba y seguí profundizando hasta notar la resisténcia de su garganta. Tras unos segundos que para ella se hicieron eternos y para su madre efímeros, dejé que mi polla volviera a salir suavemente de su boca y se mantuviera erguida esperando turno para volver a entrar. 





 - Muy bien cariño.- dijo Sara orgullosa antes de besar a su hija en la mejilla. Fue un beso un tanto... extraño para ser de madre a hija. Aunque todo aquello era muy extraño así que... 



 Paula se recuperó de su primer atragantamiento por polla y rápidamente ya me volvía a ofrecer su boca abierta. Yo le acaricié el flequillo por el entusiasmo y volví a repetir mi movimiento anterior pero esta vez dejando que se acostumbrara a tenerla en la boca y a utilizar su lengua. 




 De hecho lo hacía bastante bien para ser su primera vez y conseguía abrazar mi glande con su lengua a la vez que yo me masturbaba pero al poco rato mi bestia interior me pedía más así que volví a perforar en su garganta agarrando su mejilla con más firmeza. 





Sabía perfectamente que era imposible que se le tragara como lo había hecho su madre pero quería que se acostumbrara a escupir y no tragar todas las babas que mi intrusión le provocaban. Poco a poco fui ganando terreno centímetro a centímetro, y cada vez más mi ímpetu crecía y mis cuidados decrecían. 





A los minutos ya utilizaba su cabeza a mi antojo para hacer desaparecer casi la mitad de mi gruesa polla en su cabeza. Sara parecía estar disfrutando más que yo y me ayudaba con sus propias manos a mover la cabeza de su hija mientras la observaba desde muy cerca. 





 - Eso es, eso es cariño. Aguanta, aguanta y ahora escúpelas, eso es muy bien.- le animaba mientras Paula seguía atragantándose. 



 De golpe vi que me acercaba al abismo de la eyaculación por lo que instintivamente la saqué de la boca de Paula para intentar detenerlo, pero al hacerlo Sara aprovechó para premiar a su hija besándole primero la mejilla y tras dos besos cortos más darle un profundo beso con lengua a escasos centímetros de mi apurada polla. 




 Fué demasiado para mi. 




 Empecé a soltar disparos cada vez más fuertes sintiendo que me estaba corriendo encima de aquél beso. No lo sé explicar solo que para mi fueron unos larguísimos y placenteros segundos salpicando sus caras con violencia. 





 Paula al principio intentó apartar la cabeza pero la mano de su madre se lo impidió y ambas seu quedaron disfrutando de aquella lluvia blanca que les caía. Yo me retorcía en mi asiento notando que me vaciaba por dentro antes de quedarme ko. 




 Sara acabó de besar a su hija antes de volver a decirle lo orgullosa que estaba de ella. 





 - Se ha acabado la lección de hoy. Cielo ya te puedes ir, gracias por todo y quedamos para mañana. - me dijo Sara casi formalmente aún con mi corrida en la cara.





 - Eh sí claro por supuesto. Gracias por todo chicas.- dije yo antes de vestirme y salir por la puerta.







 "¿Gracias por todo, chicas?¿En serio?"




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