Conociendo a mi hija. (4)





Aquella noche mi hija se empeñó en dormir en mi cama, el porro que nos había dado Pauline la había dejado totalmente ko y decía que conmigo se sentía mejor.

A los pocos minutos estaba en los brazos de Morfeo no sin antes asegurarse de que los mios la abrazaban en la clásica postura de la cucharita. Podía ver desde atrás sus preciosos pechos apretándose entre nuestros brazos mientras su aroma impregnaba mis fosas nasales, mi rebelde polla no tardó en reaccionar endureciéndose al notarse acolchada en las nalgas de Sophie.


Mi hija se durmió rápido, yo en cambio no. Tenía demasiados estímulos en la cabeza y encima mi teléfono vibró al llegarle un mensaje.


"¿Estás dormido?" Decía un mensaje con número desconocido


Joder son las 3 de la mañana, debería estarlo...


"¿Quién eres?" Contesté yo intuyendo la respuesta



"2 imágenes recibidas"

Al abrirlas mi rebelde polla protestó aún más. Eran dos selfies de Pauline con un sugerente (por decir poco) pijama, en la segunda directamente mostraba sus perfectos pechos. Eran más grandes que los de mi hija, por cierto.


" Pauline... Ésto no está bien." Contesté con una mezcla de miedo y excitación. "¿Cómo has conseguido mi número?"


" Hace tiempo que conozco el código de desbloqueo del móvil de Sophie... ¿No te han gustado mis fotos? =( "


Mi polla gritaba a gritos que sí.


" Claro que sí pero no me refiero a eso..."


" Te preocupas demasiado, papi."


Cada vez que me llamaba papi me desarmaba por completo.


" Mañana lo hablamos, espero que sueñes conmigo." Insistió Pauline al ver que yo no contestaba



Dejé el teléfono en la mesita antes de levantarme para ir a la cocina en busca de un poco de agua. Aquellas fotos me habían dejado la boca seca...


Bajé las escaleras intentando hacer el menor ruido posible y abrí la inmensa nevera para coger una de las 15 botellas que guardaban allí. Pensé que eran demasiadas mientras me bebía una de un trago.



- ¿Mis fotos te han quitado el sueño?- la voz de Pauline casi me provoca un infarto


- Joder, qué susto. ¿Qué haces aquí?


- Escuché ruidos, y como sabía que estabas despierto he deducido que serías tú.- dijo ella haciéndose la lista


- Shhht no grites que vas a despertar a tus padres.- dije yo intentando recuperarme del susto


- ¿Por qué te preocupa? No estamos haciendo nada malo...- contestó ella acercándose de forma seductora



- Exacto y creo que es mejor que siga siendo así...



- Está durmiendo en tu cama. ¿Verdad?- atacó ella sentándose encima de la mesa de la cocina



- ¿Quién?- dije yo torpemente



- Tu hija.- contestó ella cambiando el tono- ¿Follártela te da sed?



- Pauline yo...- balbuceé buscando bien las palabras- Te pido por favor que no digas nada a nadie sobre todo eso...


- ¿Por qué iba a hacerlo? Eso haría mucho daño a Sophie y yo amo a mi hermana.


- Exacto...- dije yo sabiendo que no iba a ser tan fácil


- Aún así... Me da envidia que ella pueda disfrutar de esto y yo no.- dijo acercándose a mi y agarrando mi paquete


- Pauline... Esto también le haría mucho daño si lo supiera.- dije yo intentando controlarme pese a tener sus labios casi pegados a los mios


- Pero le vendría bien aprender a compartir.- dijo antes de besarme suavemente- Siempre ha sido un tanto egoísta.



Yo estaba petrificado, no sé si era el miedo a que nos pillaran o la excitación acumulada entre mi hija y su hermana.


- ¿Te gustan?- dijo enseñándome sus perfectas tetas


Yo permanecí callado pero sin poder apartar la vista de sus rosados pezones.


-¿O acaso prefieres las de Sophie?- dijo agarrando mi mano y colocándosela encima de su pecho- Podemos despertarla para comparar... - dijo amenazante


Su pecho suave y turgente se sentía delicioso al peso y textura, rápidamente me descubrí pensando en cómo sería verlos botar al ritmo de mis embestidas.



- Yo....- balbuceé de nuevo


-Shhht, no hace falta que hables.- Dijo ella volviendo a sobar mi paquete- Tu polla ya me ha contestado. 


Pauline se agachó arrodillándose delante de mi antes de bajar mi pantalón de pijama liberando a Willy como un resorte.



- Por favor, no le digas nada a Sophie.- conseguí decir sientiéndome extremadamente culpable por lo que iba a pasar


Sentía que le estaba poniendo los cuernos a mi hija y era una sensación muy rara. Yo quiero a Sophie de manera diferente de la que un padre normal quiere a su hija. No es un amor romántico pero tampoco un amor paterno filial, es algo diferente como una mezcla de ambos.


- Te preocupas mucho por todo, eh.- dijo admirando mi mástil en todo su explendor- Tú déjame formar parte de esto y todo irá bien.


Esto último lo dijo antes de besar mi glande con sus carnosos labios.


- ¿A qué te refieres con "formar parte de esto"?- conseguí decir


- ¿Es que acaso no has visto lo mucho que ha cambiado Sophie desde que llegaste?- preguntó ella absurdamente acariciando suavemente mi polla



- Yo no conocía a mi hija hasta que llegue, Pauline.



- Sí, tiene sentido... Bueno mi hermana siempre ha dado la impresión de no encajar aquí, de que éste no es su mundo...- era increíble la capacidad que tenía de razonar a la vez que me demostraba sus habilidades masturbatórias.- Yo he intentado conseguir que dejara atrás esa insatisfacción pero...



- Ahá.- no era fácil para mi mantener el hilo de su relato mientras me pajeaba en medio de la cocina



- Hablé con ella el día anterior a tu llegada y por teléfono parecía otra persona, pero al llegar he visto que definitivamente lo es. Está eufórica y radiante como si tuviera ganas de comerse el mundo... Y está claro que es por la "relación" que tiene con su padre, no?


Me miraba a los ojos inquisitivamente a la vez que aumentaba el ritmo de sus manos.


- Pero Pauline yo no soy tu padre, tú ya tienes uno.- dije pensando en Robert


- Sí bueno... He hablado contigo en dos días más que con él en años.- dijo ella con un tanto de melancolía 


Joder, no sabía si sentirme chantajeado o empatizar con ella. Conociendo a Robert y a la estirada de mi ex... Menuda infáncia les habrían dado, normal que se desmadren al ser mayores de edad.



- Tampoco creo que mi relación con Sophie sea... Normal.- dije cariñosamente mientras le acariciaba la mejilla


Ese gesto pareció desarmar a Pauline por un instante, pero duró poco.


- Tú dame polla cuando te la pida y todo irá bien, aunque si quieres mi opinión...- dijo antes de lamerme el glande- Yo creo que ella se lo tomaría mejor de lo que crees, al fin y al cabo eres su padre no su novio.



Acabó ese contundente argumento metiéndose toda la cabeza de mi polla en su boca. Sus infinitos ojos azules me miraban directamente al alma mientras su lengua hacía diabluras, su angelical rostro contrastaba con su malèvolo comportamiento. Ella sabía que me ponía muy nervioso y le encantaba sacarle partido.


Tras tres o cuatro intentonas fué directa a tocar con su garganta en la punta de mi lanza sin dejar de mirarme a los ojos. No podía evitar la sensación de que intentaba demostrar que lo hacía mejor que Sophie, se sabía habilidosa y lo demostraba chulescamente manteniendo la mitad dentro de su garganta durante largos instantes.


Apoyaba las manos en mis piernas mientras se autoviolaba la boca con mi pene, luego descansaba haciendo escala en mis huevos. De hecho tenía una extraña fijación por ellos, lamiéndolos y besándolos como si de un ritual se tratara.


- Fóllame, papi.- exigió quitándose el short y sentándose en la mesa


Con las piernas abiertas, Pauline me dejaba ver toda la entrada a sus adentros sin ningún pudor. Aquella era la mesa dónde la familia desayunaba cada día y ella quería que me la follara allí.


Yo ya no regaba demasiado bien, toda mi sangre estaba manteniendo dura mi polla así que me avalancé sobre ella. Pauline rió satisfecha por lo que instintivamente le tapé la boca.


- Shhht.- le susurré al oído.-  Te voy a follar como me follo a mi hija pero no grites, ¿sí?- continué mientras introducía mi mástil en la mojada ranura que Pauline me había ofrecido.


Ella gimió estremeciéndose por lo brusco de mi ataque asintiendo nerviosa con la cabeza. Era la primera vez que se dejaba llevar de aquella manera y no estaba acostumbrada, notaba que cada uno de mis movimientos provocaban escalofríos en sus piernas y la hacía temblar.


Me enorgullecí de hacerle sentir bien, definitivamente empatizaba más de lo que me sentía chantajeado.


Lentamente mi polla fue ganando terreno dentro de su flor hasta que toda estuvo dentro, nos quedamos mirando durante unos segundos hasta que se quitó mi mano de la boca. Pauline me besó con una suavidad extrema mientras notaba una profunda conexión con ella. De hecho era imposible que fuera más profunda.


Aquél beso me impactó al principio pero luego activó, inconscientemente, un lento movimiento percutor de mis caderas. Notaba el apretado coño de Pauline abrazar a mi polla cada vez que ésta entraba y salía, el suave beso se había convertido en algo más salvaje y las manos de Pauline ahora arañaban mi espalda.



- Sí papi, fóllame...- dijo Pauline como en trance


Al principio lo decía en susurros que fué aumentando hasta que se convirtió en un mantra demasiado escándaloso.



Volví a tapar su boca a la vez que aumentaba el ritmo de mis embestidas, a ella le pareció un buen intercambio por lo que no se quejó. Lo malo es que cuanto más aceleraba más ruido hacia.


Sus tetas se movían en un movimiento circular perfecto e hipnótico cada vez que mi abdomen hacia sonar su "¡PLAS!" contra su cuerpo.


Me senté en una de las sillas de la cocina sin cortar ni un segundo mi conexión con Pauline quien se colocó a horcajadas sobre mi empalándose cual pollo a l'ast.


Ahí le cedí el control para que fuera ella quien llevara el ritmo, ella lo aceptó de buen grado agarrando mi cabeza con las manos a la vez que se revolvía encima de mis piernas.


Su pelvis intercalaba movimientos circulares con otros de adelante y atrás para luego pasar a botar literalmente sobre mi, yo apenas podía impedir que gritara puesto que ella parecía estar en subida a una atracción de feria.

Me besaba profundamente para luego derrumbarse sobre mis hombros y poder llevar mi polla bien profundo, Pauline era un verdadero torbellino de pasión cosa que me habría sorprendido mucho saber cuando la conocí.


Y que todo eso estuviera pasando en la cocina de sus padres le añadía salsa al asunto.


Sus tetas se movían como locas contagiándomelo a mi, intentaba cazar sus juguetones con la boca haciendo que sus pechos rebotaran en mi cara. Estaba puto disfrutando como un niño y por unos momentos me extraí del peligro, cuando me di cuenta había tumbado a Pauline sobre la mesa otra vez y me la follaba con violencia provocando sus descontrolados gemidos.


- Grita más bajo, joder.- la reñí yo


Ella contestó tapándose la boca con la mano a través de la cual se escuchaban sus gritos sordos. Pauline no dejaba de temblar y estremecerse haciéndome ver que estaba apunto de correrse, cosa que hizo mientras se retorcía de placer encima de la mesa del desayuno sin dejar de taparse la boca en ningún momento.


Cuando me aseguré de que había acabado la agarré suave pero firme por la cabeza hasta acercarla a la mía.



- Ahora me toca a mi,- susurré antes de besar sus labios- haz que papi se corra.



Me miró unos segundos aún con los rastros de placer en sus ojos antes de empujarme sobre la silla y volver a arrodillarse delante de mi. Se colocó mi glande en la boca y con sus manos colocó las mías en mi cabeza.


Me estaba dando el control y la imagen de aquellos ojos esperando para darme placer se me quedará grabada a fuego para siempre.

Dejé que fuera ella la que marcara los límites de lo profundo para luego ponerlos a prueba cada vez un poquito más lejos. Pauline me sabía hacer ver cuándo ya no podía más de una manera muy natural por lo que rápidamente sus carnosos labios me llevaron al límite.


- Pauline, me corro.- avisé yo con apuros


Intenté quitar mis manos pero ella las mantuvo en su cabeza haciendo que me corriera dentro de su perfecta boca. Y vaya si lo hice...


Pauline aguantó estoicamente chorro tras chorro sin dejar de mirarme ni un segundo, incluso las veces que el chorro iba directo a su garganta y la atragantaba. A los pocos segundos una gota de semen salía por la comisura de sus labios mientras su lengua apuraba todo lo que seguía saliendo.


- Oh, joder.- dije yo absolutamente rendido en la silla.- Me has dejado vacío por completo.


Pauline me sonrió con los ojos mientras se tragaba hasta la última gota de mi leche.


- ¿Lo hago mejor que Sophie?- preguntó tras mostrarme su boca vacía


- Un caballero no habla de esas cosas...- dije yo altivo antes de subirme los pantalones


- Un caballero no se folla a su hija.- contestó ella con sorna


- Touché.- dije antes de besar su frente y huir de aquella conversación para ir a dormir con mi hija.


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