Conociendo a mi hija. (3)

"Querido diario por fin puedo decir que ya no soy virgen.
Ayer pasó lo que tenía que pasar, papi se portó muy bien conmigo. Me dolió y me gustó a partes iguales, al principio pensé que no podría hacerlo pero él tuvo mucha paciencia... casi todo el rato. Hubo momentos que me lo hacía muy rudo.
Y tengo que decir que me gustó.
Hoy me he despertado feliz pero con la regla. Tengo dolor de tetas, no sé si me estoy sugestionando pero me las veo más grandes. Estoy deseando ver lo nervioso que eso va a poner a papi."

Ya es lo que faltaba.

 Apenas he dormido esta noche, estoy convencido que vi a alguien detrás de la puerta. Seguramente presenció como desvirgaba a mi hija, dios que mal suena eso...
Tuvo que ser Pauline, que yo sepa no había nadie más en la casa. No le he dicho nada a Sophie, no la quiero preocupar solo por unas imaginaciones mias. De todas formas está claro que Pauline no le ha dicho nada... no sé, quizás salga todo bien.
De golpe noto vibrar mi teléfono, es un mensaje de mi hija.

"Buenos días papi
¿Has dormido bien?
Yo de lujo aunque me he despertado con dolor de boobies."


Texto acompañado por un selfie enseñándomelas, realmente sí parecen estar algo más grandes que ayer. Mi polla responde de inmediato al estímulo y enseguida ya me estoy preguntando si alcanzan para hacerme una cubana. Dios me encantaría comprobarlo...

A ver, céntrate.

 Me fuerzo a volver a la calma y me dirijo a desayunar mientras contesto el mensaje a Sophie. El desayuno transcurre soso pero tenso a la vez, tengo la sensación que Pauline me mira de otra forma... Pero tampoco es que me mire mal. Igual son imaginaciones mías. Ella y sus padres organizan su mañana para ir a hacer unos trámites académicos pero por la tarde se tienen que volver a ir al hospital por lo que volveremos a estar Sophie, Pauline y yo solos.
De golpe aparece Sophie trotando y disculpándose por el retraso. Lleva el top del pijama que llevaba la noche de la tormenta y a cada paso que da sus pequeños y respingones pechos rebotan exageradamente. Es tan evidente que hasta el estirado de Robert se ruboriza bajando la mirada.

- Hija podrías cambiarte de ropa antes de bajar, se te leen hasta las intenciones.- le censura su madre al momento.

Yo hago un titánico esfuerzo para no mirar.

- Ay mamá, estamos en familia.- se justifica Sophie- Hay confianza.

Decidimos que Sophie y yo pasaremos la mañana en la piscina esperando que vuelvan de sus recados la verdad es que me apetece volver a verla en bikini. Al pensar en ello bajo instintivamente la mirada hacia sus pechos a lo que ella se da cuenta al instante, aparto la mirada corriendo para darme cuenta de que Pauline también me está mirando. Bajo la cabeza mientras me pongo colorado como un tomate, es uno de los momentos más incómodos de mi vida.

Por fin termina el desayuno y nos dejan solos, bueno el servicio está en casa pero apenas puedes verlos. Son como Oompa Loompas que aparecen y desaparecen sin saber bien cómo.

Sophie me dice que antes de ir a la piscina quiere que mire algo en su ordenador por lo que vamos a su habitación. ¿Se habrá enterado de que le he hackeado el diario?
Al entrar cierra bien la puerta tras de mi.

- ¿Y bien, qué te has cargado esta vez?- le pregunto yo

- Nada, el PC funciona perfectamente.- me dice ella encogiéndose de hombros.

Al hacerlo el bamboleo de sus pezones vuelve a captar la atención de mis pupilas

- ¿Entonces?- digo yo sin dejar de mirarlas sabiendo por donde van los tiros

- Es que como te he dicho en el mensaje hoy me ha venido la regla,- me dice suavemente acercándose a mi.- siempre que me viene se me inflaman un poco los pechos y me duelen.- me dice levantándose el top.- ¿No las ves más grandes que ayer, papi?

- Ehm...- digo yo embobado con la perfección de las pequeñas tetas de mi hija

- He pensado que quizás podrías ayudarme de alguna forma con ello.- me susurra agarrando mis manos y dándose la vuelta para abrazarse con ellas desde atrás.- Quizás podrías darle un masaje a tu hija para que le dejen de doler.- concluye colocando mis manos encima de sus pechos.

Me ha cogido totalmente desprevenido y tardo unos segundos en reaccionar pero el tacto de sus pechos, el aroma de su cuello y el roce de su culo en mi paquete me ponen las pilas rápido. Tanto que pierdo el control y empiezo a estrujar y manosearle los pechos cada vez más intensamente.

- Más despacio papi que me duelen.- se queja burlescamente Sophie

Yo no contesto, estoy en mi mundo disfrutando de la suavidad y turgencia de los atributos de mi hija. Calibro con mis manos si hay material para conseguir envolver lo suficiente mi polla y poder follármelas y esas comprobaciones me ponen duro como el acero.

- Uhm parece que a ti también se te esta inflamando algo.- me dice comprobándolo con sus manos mientras deja que las mías sigan su trabajo.

Rápidamente mi polla luce enorme entre sus manos mientras las mías lucen enormes alrededor de sus pechos. Sophie me pajea sin mirar y yo sigo callado y en mi mundo en el cual solo existen sus tetas y sus manos. A medida que mi excitación crece también lo hace mi intensidad y noto a mi hija estremecerse con cada movimiento de mis manos.

- Hoy no puedo utilizar mi cosa de ahí abajo para aliviarte,- me dice agarrando un cojín de su cama y tirándolo a mis pies- pero mi boquita está lista siempre que la necesites.- me dice antes de arrodillarse y abrir la boca.

Yo no contesto, ni siquiera para preguntarle por qué le llama "su cosa de ahí abajo". La imagen que tengo ante mi es demasiado para el nivel de excitación que tengo. Y además su boca se ve tan bonita...

Le acaricio el flequillo antes de apoyar mi pesado glande en sus delicados labios, ella me mira directamente a los ojos esperando mi siguiente movimiento.

- Saca un poco la lengua y mantén la boca abierta.- le ordeno

Ella asiente ligeramente con la cabeza mientras hace lo que le digo. Noto el calor y la suavidad húmeda de su lengua en mi frenillo, es jodidamente delicioso. Empiezo masturbarme ligeramente haciendo jugar la piel de mi glande con su lengua, ella me sigue mirando a los ojos impaciente hasta que le doy la señal.

- Dale- le susurro volviéndole a acariciar el flequillo.

Ella reacciona al instante adaptando sus delicados labios al grosor de mi glande mientras sigue con el baile en mi frenillo. Joder aprende verdaderamente rápido. La saco suavemente de su boca antes de golpear sus labios tres veces con la punta de mi lanza. La apoyo en su frente poniéndole los huevos enfrente de su cara, parece que al principio no sabe muy bien qué hacer con ellos pero después de unos tímidos besos ya empieza a lamerlos como es debido.

La imagen es brutal y yo sigo pajeándome mientras noto los cuidados de mi hija en el escroto. Pero yo tengo una comprobación que hacer y unos pasos que seguir.

- Vale ahora papi necesita que vayas todo lo profundo que puedas.

- Pero me llena la boca de babas y me atraganto.- me dice con ojos inocentes después de dejar mis huevos.

- Pues escúpelas, si te las tragas es cuando te ahogas.- le digo yo agarrando su frente y acercando mi mástil de nuevo a sus labios.

Ella se la mete en la boca y, sin dejar de mirarme, empieza a ir más profundo. Noto la resistencia de su garganta en mi glande y su estremecimiento en los ojos, está decidida a seguir. Me siento tremendamente orgulloso de ella mientras gana terreno hasta que vuelve a atragantarse, su impulso es apartarse pero yo se lo impido agarrándola de la cabeza suave pero firme.

- Escupe cariño,- le digo mientras sigo metiendo más y más de mi polla en su cabeza- déjalas salir.

Ella no deja de mirarme con sus enorme ojos llorosos pidiéndome más, de golpe se vuelve a atragantar tras lo que un chorro de babas sale por la comisura de sus labios. Al poco rato tengo el abdomen totalmente empapado al igual que sus preciosas tetas que ya están totalmente lubricadas.

- Buena chica.- le premio acariciándole de nuevo el flequillo- Ahora la sacaré y podrás escupir, quiero que lo hagas en tus preciosas tetas ,si?- le indico.- Hazlo por papi, te las aprietas con las manos y sueltas todas tus babas en medio.

Ella asiente como puede. Poco a poco voy sacándola de su garganta mientras veo como ella obedece. Sus perfectas y blancas tetas están completamente lubricadas y listas para satisfacerme.

- Mantenlas apretadas para mi.

- ¿Qué quieres hacer?- me pregunta ella sin dejar de obedecer

- Hoy van a ser tus tetas las que le saquen la leche a papi.- le digo yo acercando mi glande a su pezón.

Es increíblemente suave y delicioso al tacto como si estuviera hecho con el material con el que se hacen los sueños.
- ¿Pero cómo?

- Tienes que intentar atrapar la polla de papi entre tus tetas- digo yo poniéndola en medio.

- Pero eso es imposible, son demasiado pequeñas.- dice ella esforzándose para conseguirlo

- Tú inténtalo.- digo yo disfrutando
 
Es evidente que son demasiado pequeñas para mi polla pero son jodidamente suaves y turgentes y la sensación que noto en mi capullo al separarlas una y otra vez es sencillamente perfecta. Ella mantiene mi polla apretada al pecho con sus delicados dedos mientras yo la hago ir y volver arriba y abajo con cada vez más violencia. Demasiada fuerza para una novata que apenas puede mantenerlas juntas para mi.

Aún de rodillas apoyo su espalda en la cama y me pongo a horcajadas encima de ella. En esa postura soy yo quien mantiene fijo el mástil mientras ella puede centrarse en apretar al máximo sus tetas para que papi pueda follárselas. Compensa toda la falta de experiencia con voluntad y eso me pone aún más.

Estoy cerca de correrme y siento en las entrañas que va a ser una de las generosas. Le digo que sea ella la que me pajee mientras mis manos aprietan sus turgentes pechos desde las axilas, mi capullo separa violentamente una de teta de la otra cada vez que repite el recorrido. Siento que me voy a vaciar por dentro y de hecho lo hago chorro a chorro, me da la sensación de que he llenado toda la habitación de mi hija de semen. En realidad solo la he llenado a ella, ahora tiene las tetas totalmente glaseadas por su padre. Ella me mira riendo asombrada y me sonríe con los ojos cuando le acaricio la mejilla por haber sido una buena chica.

Se limpia y pasamos el resto de la mañana en la piscina, al mediodía llegan Pauline y sus padres pero estos vuelven a marcharse a los pocos minutos. El servicio nos prepara la comida y mientras la comemos Pauline nos dice que ya que vamos a pasar la tarde los tres nos ha traído un regalo. Sophie está emocionada yo estoy aterrado.
Acabamos de comer y nos dice de ir a la cama balinesa de la piscina, para los que no sepáis lo que es se trata de un colchón elevado y grande en el que se pueden tumbar varias personas, en este caso es para 4 y tiene unas cortinas blancas que dan privacidad.

Al llegar veo que Pauline lleva algo en la mano, parece un pequeño estuche de cremallera. Resulta estar lleno de marihuana y tabaco y a los pocos minutos Pauline se está haciendo un porro tan grande como un bolígrafo.

Nos cuenta que empezó a fumar en EEUU por la presión de los estudios y que creía que sería divertido seguir viendo Harry Potter pero totalmente fumados.
 

- Ya eres mayorcita Sophie, puedes hacer lo que quieras.- le digo a mi hija cuando me mira buscando mi aprobación.

No sé como me dejo liar para darle dos o tres caladas, supongo que tampoco necesito mucho y a la media hora estamos los tres desparramados en la cama balinesa hablando de gilipolleces y riéndonos por todo. Empieza a correr el viento por lo que alargo la mano para alcanzar una enorme toalla y taparnos con ella, me siento como un buen padre cuidando de sus hijas.

Caigo en que llevo rato sin preocuparme por que Pauline nos viera ayer. ¿Será la marihuana? Para ser honestos no parece enfadada ni escandalizada, de hecho nos acaba de ofrecer un porro, vaya con la hija perfecta. Empiezo a verla de forma diferente, a empatizar con ella y ir más allá de la imagen de perfección absoluta. Joder cómo pega esta mierda.

De golpe noto una mano en mi muslo, Sophie debe haberse puesto cachonda y como va fumada seguro que ya va a saco. Instintivamente la miro pero sus ojos están cerrados, de hecho está completamente dormida. La mano en mi muslo, en cambio, está muy despierta y ya ha encontrado lo que estaba buscando.
Miro a Pauline asombrado.

- Shht.- me susurra ella poniéndose el dedo en los labios antes de guiñarme un ojo.

Sus hábiles manos ya han liberado a Willy que está sigue creciendo encantado por los cuidados de Pauline. Se me pone tan dura como fuertes son mis latidos de mi corazón, soy consciente de que sophie se enfadaría si lo viera. En estos días he podido comprobar que es un poco posesiva conmigo y que siente celos de Pauline quién, además, lo hace mejor.

Lo hace jodidamente bien de hecho, levanto la toalla con cuidado porque quiero ver sus delicadas manos hacer su magia. Con la izquierda me mantiene apretada la base mientras con la derecha me masajea en espiral arriba y abajo. Se nota que tiene práctica, la de pollas que se habrá tenido que comer en EEUU.

- Sophie se va a despertar y nos va a matar.- digo yo colapsado

- ¿Qué pasa que solo ella puede disfrutar de este pollón?- me susurra sensualmente antes de besarme.

Incrementa el ritmo de la paja mientras noto sus juguetones labios junto a los míos.

-Vamos dame tu leche,- me susurra- quiero que me pringues las manos con ella.

Yo sigo petrificado.

- Vamos por favor, dámela please.- me implora -¿O es que necesitas ser mi padre para correrte? - dice sin dejar de ordeñarme como una profesional-¿Quieres que te llame papi?

Sus ojos azules me tienen paralizado.

- Porfi papi, córrete en mis manos.- me dice mientras llego al clímax.

Empiezo a soltar la carga en su mano izquierda que la mantiene en forma de cuenco mientras me besa apasionadamente. Por unos segundos me he olvidado de que Sophie sigue allí, literalmente a mi lado.

La mano de Pauline me redirige la cabeza hacia ella para enseñarme como se traga todo el blanco botín que ha salido de mi ya menguante polla. No deja de mirarme incluso cuando relame de la palma de su mano hasta el último resto.

Sin decir nada más se recuesta en mi pecho como si nada hubiera pasado, yo me recompongo lentamente mientras me subo el bañador. En tres días aquí ya me han pasado más cosas increíbles que durante toda mi vida pero aun así sabía que todo esto solo podía acabar mal, muy mal.
De golpe Sophie se da la vuelta y se apoya también en mi pecho al igual que su hermanastra, me siento bien y cualquier mal pensamiento ya ha salido de mi cabeza.

- Tranquilo que no le diré nada a Sophie.- me susurra Pauline- De momento...




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