Chantaje a la madre de mi amigo (5)

Capítulo 5: Un asalto nocturno, una dura resaca y un giro dramático de los acontecimientos. 


El corazón me latía con fuerza al llegar a la puerta de la habitación de los padres de Jorge enviando toda aquella sangre directamente a mi polla la cual reclamaba cada vez más espacio debajo de mis pantalones. Eran las 4 de la mañana cuando abrí cuidadosamente la puerta para evitar hacer ruidos innecesarios pese que Jorge no parecía estar en condiciones para despertarse en las siguientes 12 horas, la luz de las farolas del exterior entraba  atenuada por el filtro de las cortinas iluminando ligeramente la estancia. No me fue difícil distinguir la cama de matrimonio donde Helena se encontraba aparente dormida, entré como un ninja cerrando la puerta sigilosamente y quedándome pasmado disfrutando de la adrenalina que recorría cada fibra de mi cuerpo. 

- ¿Helena?- susurré notando los salvajes latidos de mi corazón.  

 No hubo respuesta, solo silencio y un leve sonido de respiración profunda. Me acerqué lentamente por el lado izquierdo de la cama hacia donde ella dormía de lado. Con mucho cuidado alargué el brazo para retirar la sábana que la cubría, quería evitar que se despertara tan pronto. Un suave y ancho camisón negro cubría desde la zona de su pecho hasta poco mas abajo de su cintura dejando las piernas a la vista. Llevaba el pelo recogido en dos coletas muy bajas.

- ¿Helena?- volví a susurrar aún mas flojo

 No hubo respuesta por lo que me sentí confiado para seguir con mis planes. Alargué mi mano derecha y le subí con cuidado la parte de abajo del camisón dejando su redondo culo a la vista, con la izquierda recoloqué mi creciente polla dentro de mis pantalones justo antes de tapar con la palma su boca para evitar que gritara al despertarse. Abrió los ojos al instante asustada mirándome con cara de efímero terror antes de reconocerme.  
 - Shhht, soy Marc.- la calmé con mas susurros sin quitar la mano de su boca- Jorge está durmiendo y tal como iba no creo que se despierte fácilmente por si acaso no grites.- le expliqué antes de retirar la mano. 

- ¿Y tú qué haces aquí?- me preguntó ella pese a saber la respuesta 

 Contesté mirando mi paquete un segundo. 
- Como no me has contestado al mensaje creía que no querías saber nada más de mi.- dijo ella alargando su mano derecha hacia mi bragueta
 - Yo también lo creía pero se da la combinación de que voy cachondo y que tu estás aquí.- argumenté mientras veía como Helena ya había liberado a Willy - Y tu eres como mi muñeca hinchable humana.- dije estrujando sus tetas por encima de la seda. 
- ¿Eso es lo que soy para ti?- preguntó haciéndose la ofendida y masajeando el cuerpo de mi pene Instintivamente lancé mi mano derecha hacia su cara abofeteándola justo antes de cogerle la mandíbula apretando sus labios. 

Helena gimió mirándome apasionadamente a los ojos aumentando el ritmo de su masaje. 

- Creía que te había quedado claro, no hables más utiliza esa boca de puta que tienes para lo que mejor sabes hacer. 

Le cogí de una de las coletas y la estiré hasta colocar su cabeza cerca del filo de la cama, de un manotazo aparté sus manos de mi polla para asumir el control. Me sentía confiado, autoritario y bien duro cosa que le hice notar en sus mejillas y nariz. Ella entrecerraba los ojos cada vez que mi mástil oscilaba y golpeaba su cara. Yo seguía de pie al lado de la cama y su cabeza quedaba a la altura perfecta por lo que la cogí por el pelo con la mano derecha mientras con la izquierda guié el misil hacia la entrada de su boca. 

Lo recibió de buen grado dándole la bienvenida a mi capullo con una danza juguetona de su lengua. Mi atención volvió a sus tetas las cuales eran sublimes bajo el tacto de la seda, se resbalaban y apretaban marcando en todo momento donde se encontraban los pezones de la madre de mi amigo que ya disfrutaba lamiendo de arriba abajo todo lo largo de mi pene. Justo en ese momento el ruido de la puerta de Jorge abriéndose nos sobresaltó, escuchamos los pasos acelerados hacia el final del pasillo y el ruido de mi mejor amigo vomitando los restos de alcohol que aún le quedaban. Helena y yo nos quedamos petrificados escuchando atentamente. 

 - ¡Mama!- gritó Jorge- ¡Mama! 

 Instintivamente me alejé de ella y me guardé con muchos problemas el miembro.  

 - ¡Ya voy cariño!- Contestó levantándose al acto y saliendo de la habitación. 

Me quedé quieto unos segundos planeando qué hacer o qué decir si Jorge me pillaba allí pero el sonido de la ducha me tranquilizó por lo que me tumbé en la cama a esperar el regreso de Helena. Todo empezó a darme vueltas a causa del alcohol y del bajón causado por la interrupción de Jorge que estaba durando más de lo que esperaba. Ya eran las 5:35 de la madrugada y yo iba demasiado borracho para irme de allí sin alertar a mi mejor amigo. Pensamientos negativos inundaron mi mente de golpe mientras me miraba en el espejo que había justo enfrente del pie de la cama, culpabilidad y vergüenza fue lo último que sentí antes de quedarme dormido. 

No recuerdo muy bien que soñé, solo recuerdo que fue uno de esos sueños húmedos y calientes que te hacen despertarte bien duro. No sabía muy bien donde estaba, ni qué hora era, apenas sabía quien era, solo sabía que estaba muy agusto y a la vez muy excitado.

 Abrí los ojos para volver a la realidad y ver a la madre de mi mejor amigo tumbada entre mis piernas lamiendo  la parte interna de mis pantorrillas con el misil descansando morcillón en mi abdomen. No se había dado cuenta que yo estaba despierto y se limitaba a acariciar mis piernas y mis testículos de una forma muy delicada. La dejé hacer quedándome quieto simulando seguir dormido, disfrutando del tacto de su lengua por cada centímetro de la piel de mi escroto, de cada delicada caricia que sus mejillas dedicaban a mi pene. Me pregunté cuanto tiempo llevaría así, si intentaba despertarme o sencillamente disfrutaba haciendo todo aquello. ¿Cuándo me había desnudado? Lentamente giré la cabeza hacia la mesita de noche donde un despertador marcaba las 9:00 am. 

Había dormido durante mas de tres horas y no sabía nada de Jorge.  Instintivamente moví el brazo derecho, al menos lo intenté porque la puta de Helena me había atado las manos al cabezal de su cama. 

 - Shhht soy yo,- susurró al ver que me había despertado- buenos días. 

- ¿Qué coño haces?¿Por qué no me has despertado antes? !Desátame ya! ¿Dónde está tu hijo?- dije yo alterado 

- Tranquilízate amo- dijo ella ironizando antes de besar mi abdomen- ¿A qué te contesto primero? 

- Tu hijo ¿Dónde está?- pregunté intentando calmarme 

- Sigue durmiendo, creo que aún está borracho.- acompañó sus palabras con un lametazo de abajo arriba desde la parte baja de mis huevos a la parte alta de mi polla- Lo tengo que despertar en 15 minutos porque lo pasan a buscar sus compañeros de piso para volver a su casa.- dijo antes de meterse mi capullo en la boca. 

- ¿Y por qué no me has despertado antes? ¿Y por qué cojones me has atado?- dije yo poniéndome nervioso, nunca me habían atado y me la habían mamado a la vez. 

- Bueno llevo un buen rato jugando contigo, no es mi culpa que seas tan dormilón.- contestó antes de restregarse mis huevos por las mejillas 

 Todo aquél sueño confuso y húmedo empezaba a tener sentido. 

 - ¿Por eso siento los huevos tan húmedos?- pregunté dejándome llevar y disfrutando del momento. 

- Sí les he dado un trato especial, pero no ha sido los únicos.- contestó antes de escupirse en las manos 

- ¿Qué quieres decir?- pregunté 

- Te he atado para que no te me vayas, en un rato estaremos solos y como ayer te dormiste pues ahora me lo debes.- se excusó ella cambiando de tema. 

- ¿Y me vas a dejar así hasta que tu hijo se vaya? 

 No contestó, se limitó a coger mi polla con sus lubricadas manos y masajearla de arriba a abajo mientras volvía a lamerme los huevos. Yo no me podía mover ya que también me había atado los pies pero debo reconocer que no podía estar mas duro. Me notaba poderoso entre sus manos disfrutando de los cuidados de la lengua de Helena en mis bajos. Cada lametazo empezaba de más abajo que el anterior acariciando mi ano de una forma que me volvía loco, en un rato ya se dedicaba exclusivamente en lamer cada centímetro de la inexplorada piel que transcurre entre los huevos de un hombre y su ano. Aquello combinado al morbo de toda aquella situación y  con un lubricado masaje a dos manos en mi polla hacía que estuviera realmente cerca de vaciar mis huevos por toda la habitación. 

Estaba muy confundido porque yo me acaba de despertar pero mi polla parecía haber estado de juerga ajena a mi. Helena lo notó por lo que la soltó y se incorporó dejándola descansar de nuevo sobre mi abdomen. Estaba a cuatro patas entre mis piernas regalándome una increíble vista de sus tetas colgando a través de su escote.  Apoyó la cabeza en la parte baja de mi barriga justo al lado de mi polla y la empezó a lamer y besar delicadamente. Notaba sus labios y su nariz recorrer cada centímetro de mi piel sensible, se había olvidado de mi y se estaba dando un atracón a mi costa. 

Mantenía el culo arriba por lo que el camisón dejó de taparlo, conseguí mirar el espejo que había a mis pies para ver que no llevaba nada debajo por lo que su coño y su ansiado ano se veían en todo su esplendor a la luz del sol que ya entraba con fuerza. 

 - ¿Te diviertes?- pregunté yo 

- Un poco.- contestó ella escuetamente sin dejar su trabajo 

- Sabes que cuando me desates te voy a violar ¿No?- dije yo sin ninguna prisa 

- Cuento con ello.- sentenció ella antes de volver a incorporarse  

 Engulló tres cuartas partes de mi mástil clavándoselo como si nada y tras una pequeña resistencia empezó un movimiento constante y profundo haciéndome una paja con su garganta. Sus tetas chocaban al vaivén de sus cabezazos mientras su culo se mantenía erguido bien provocador. 

 - Hacemos un trato, tú me das tu leche antes de que despierte a mi hijo y yo te desato cuando se haya ido para que me castigues.- propuso ella volviendo a recostarse en mi abdomen 

- Hecho, pero mas vale que tengas el culo bien limpio. 

- Hecho.- sentenció ella masturbándome a dos manos. Con la cabeza apoyada en mi barriga podía lamer y besar mi miembro sin dejar de mover las manos.  

 - Tienes una obsesión por mi polla que no es normal.- me cachondeé yo 

- Lo dice el que se vuelve loco por las tetas de la madre de su amigo- contestó ella mientras parecía querer oler el aroma de su obsesión. 

- ¿Huele bien? 

- Huele muy bien,- contestó ella intensificando el masaje sin dejar de olerme el capullo- feromónas puras de macho joven,- continuó antes de besarme el frenillo- tan dura y suave, tan cálida.- seguía Helena entre gemidos- Tan grande y pesada.- siguió mirándome a los ojos mientras se aporreaba la nariz con ella. 

- Sigue puta que te voy a dar lo que quieres.-contesté yo totalmente a punto    
 
Ella no contestó solo incrementó el lubricado masaje a dos manos que recorría el tronco de mi pene mientras mi capullo se frotaba contras sus labios y nariz sin dejar de gemir. Exploté de golpe dejándole dos rayas blancas en su mejilla izquierda manchando la cama antes de que ella consiguiera apuntarla dentro de su boca donde dejé el resto de la carga.  Ella empezó a reírse mirándome a los ojos enseñándome el desastre que le había provocado en la cara como si fuera un trofeo mientras mamaba de la punta extrayendo las últimas gotas del biberón. 

 - Gracias amo, justo a tiempo. - dijo después de tragarse todo lo que yo le había dado- Ahora espera aquí y no hagas ruido, no tardaré mucho.- dijo ella levantándose y tapándome entero con la sábana. 

Date prisa y por favor que tu hijo no entre aquí.- dije yo sin saber si aún seguía en la habitación  

 Escuché el grifo del lavabo de la habitación soltar agua durante unos segundos. 

 - Tranquilo, no hagas ruido.- contestó ella antes de salir y cerrar la puerta 

 Me quedé en silencio tumbado sin poder moverme y totalmente relajado a causa de la eyaculación reciente. De golpe todo el cansancio acumulado me sumió en un estado de bienestar hasta volver a quedarme dormido.  

Algo hizo que me despertara, no sé si el calor de Helena al acercarse a mi o el movimiento que noté cuando se colocó encima. Quizás fueran los golpes que empezó a darme con sus tetas al hacerlas oscilar de lado a lado encima de mi cara. Que mas da. 

 - Buenos días otra vez dormilón.- dijo ella cuando me recuperé de la impresión.

- ¿Me desatas ya?

- Sí pero antes quiero tranquilizarte un poco.- dijo poniéndome un pezón a la altura de la boca  

 Rápidamente me vi lamiendo y chupando (incluso mordiendo) los pezones de Helena que me los iba colocando por turnos, Willy en seguida recuperó su dureza gracias a la ayuda de las caricias de sus manos. Me cogía la cabeza con una mano dirigiéndola a sus pechos mientras con la otra volvía a masturbarme hasta ponérmela en posición. 

- Vaya que duro vuelves a estar,- dijo moviéndola como un joystick- creo que me voy a aprovechar un poco más de la situación antes de soltarte.- continuó sentándose encima haciendo desaparecer mi miembro dentro de ella- Si quieres castígame el doble después. 


 Yo no contesté simplemente la miré con desprecio aguantando toda la rabia y excitación que estaba acumulando, no me podía quejar al fin y al cabo ya que su coño era jodidamente acogedor. Siempre me recibía bien mojado y caliente combinándose a la perfección con los movimientos de cadera de Helena que se retorcía cabalgándome como en trance. Intercambiaba la posición de sus manos pasando de estirar mi pelo a arañar mi pecho sin dejar de gemir ajena a posibilidad de que todo el vecindario la escuchara. 

 - ¡Shht! Deja de gritar, tus vecinos no tienen porque saber lo puta que eres.- dije yo más preocupado que ella 

- Me da igual,- dijo antes de acercarse a mi cara y besarme delicadamente en los labios- cállate. 

 Me aparté al instante, era curioso como ya me parecía normal abusar de la madre de mi mejor amigo pero en cambio se me hacía asqueroso que me besara. En gran parte porque era muy consciente de lo que le había hecho a esa boca. Una ola de asco y rabia me inundó de una forma incontrolable llevándome a escupir directamente a su nariz, me sentía utilizado por primera vez y me enfurecía pensar que no podía hacer nada más que esperar y desfogarme después. Pero, joder, empezaba a estar muy cansado y sediento por la resaca y eso no hacía mas que incrementar mi cabreo. 

 Ella recibió el escupitajo aumentando la intensidad de sus gemidos, apoyó sus manos en mi pecho para tener mejor equilibrio y se concentró en llevar una y otra vez la punta de mi duro mástil hasta lo más profundo de su ser. No tardó en tener un orgasmo entre espasmos y arañazos en mi pecho en el cual acabó apoyando su cabeza al tranquilizarse. Se reía satisfecha sin sacársela de dentro como intentando aprovechar cada segundo de aquél instante. 

 - Deja de reírte y desátame de una puta vez.- dije intentando, sin éxito, parecer calmado 

 Helena no contestó, se limitó a mirarme con cara de gilipollas mientras mi pene se deslizaba hacia fuera. 

 - Escucha,- dije tras hacer un esfuerzo consciente para calmarme- necesito beber algo ya porque no me encuentro demasiado bien y si me mareo ya no te serviré para calmar tus ansias de puta pervertida.- argumenté intentando engañarla 

- Tu polla no dice lo mismo,- dijo volviendo a su masaje manual sin mirarme- sigue bien dura. 

- Helena, en serio, un poco de agua. ¿Quieres esperar a que me maree y se desinfle?- fui de farol por las circunstancias intentando ser yo el que llevara la iniciativa pese a que mi polla seguía bien dura contradiciéndome 

- Está bien,- contestó levantándose de la cama- tu no te muevas.- dijo burlándose de mi

 Contesté levantando los dos dedos corazón de mis atadas manos mientras veía como desaparecía por la puerta. Como un poseso intenté liberarme de las ataduras, tanto de las manos como de los pies, pero todas ellas estaban bien anudadas con correas fabricadas para eso. Era imposible soltarse sin ayuda. La vuelta de Helena completamente desnuda interrumpió mi último intento de alcanzar la libertad. 

 - Le he traído un zumito a mi niño que está muy gruñón.- dijo acercándome un vaso con cañita a la boca

- Pero desátame así no puedo beber y se me va a caer todo,- dije yo improvisando mal- te voy a manchar las sábanas.

- No parecían importante las sábanas esta mañana cuando me estabas regando la cara.- dijo ella insistiéndo con la cañita 

Me quedé callado y bebí de aquél líquido fresco y dulce que identifiqué como algo parecido a zumo de fresa. Ella me miraba como una madre orgullosa sin dejar de sobar mi polla con la otra mano. Era como si quisiera mantenerla dura mientras yo chupaba de aquella cañita. 

Estaba bueno y parecía saciar mi sed por lo que en pocos segundos me lo acabé. Rehidratarme me vino muy bien, de repente me sentía mas calmado y menos furioso, el delicado y constante masaje de Helena ayudaba bastante, se notaba que tenía experiencia en saber cuando apretar y cuando frenar para evitar que me corriera antes de tiempo. 

- Ahora relájate y deja que mami te cure.- dijo ella dejando el vaso vacío encima de la mesita de noche 

-¿Qué dices de mami? ¿Qué me tienes que curar?- dije yo flipando- Se te está yendo la cabeza un poco eh. 

- Mami te ha provocado esta inflamación y hay que aliviarla.- dijo ella como fuera de si mientras volvía a recostarse en mi barriga a un lametazo de distancia de mi latente mástil.  

- Dios me libre de tener una madre como tu, anda desátame que veras como la alivio contigo. 

- Primero hay que limpiarla,- argumentó oliéndola de arriba a abajo- huele demasiado a mi coño. 

 Sin esperar mi respuesta la dirigió hasta su boca metiéndose todo el capullo en ella, su lengua recorría hasta el más mínimo detalle intensamente mientras sus ojos me miraban juguetones. Sabía que estaba siendo mala y sabía que la iba a castigar, es lo que esperaba. 

- Sé que sigues jugando conmigo y que no piensas desatarme aún...- por un segundo se me fue la cabeza a otra parte

-¿Estás bien?- me preguntó ella riéndose

- Cuando me desates más te vale prepararte, esta vez no podrás caminar en días.- dije yo intentando mantener la compostura  

 La verdad es que me sentía muy relajado tanto que andaba medio adormilado, se lo atribuí al cansancio y al alcohol del día anterior pero estaba empezando a perder la noción del tiempo. ¿Cuántas horas llevaba atado? Empezaba a dolerme la polla por llevar tantas horas dura, en ningún momento se había desinflado ni por un segundo y ahora la notaba mucho más dura que antes. La puta de Helena se estaba aprovechando al máximo y seguía en su trabajo de limpiarla de sus propios fluidos con mas fluidos. 

Necesitaba correrme ya y dormir durante horas, tenía la sensación de no haberlo hecho durante días. Intenté decir algo pero me faltaban las fuerzas. El ruido húmedo de la garganta de Helena siendo penetrada me distrajo de todos los pensamientos, ajena a mi estado seguía dándose un festín engullendo mi miembro entero sin ningún tipo de ayuda. Joder, había creado un monstruo. 

 - Eres... una puta zorra.- conseguí susurrar con dificultades 

 Ella volvió a fijarse en mi, me miró y sonrió mientras se la sacaba del cuello. 

 - Me encanta cuando me dices cosas bonitas.- se mofó mientras se levantaba de la cama y abría un cajón del armario- Ahora que ya está bien limpia hay que hidratarla,- dijo enseñándome una botella de aceite de coco- no queremos que se reseque es demasiado sensible además está muy bueno.- concluyó volviendo a la cama y poniéndose de rodillas entre mis piernas. 

Yo luchaba por mantener la consciencia sin poder hablar, me reventaba por dentro lo cachondo que me estaba poniendo todo aquello. De golpe una sensación fría y viscosa me devolvió a la realidad, Helena acaba de verter un buen chorro del aceite por mi polla, abdomen y testículos para después masajear por enésima vez mis excitados genitales.  

 Volvió a demostrar sus habilidades haciéndome una paja a dos manos de auténtica profesional, me sostenía los huevos delicadamente estimulándolos mientras llevaba la otra mano bien apretada desde la base hasta el capullo en un movimiento de espiral que parecía ordeñármela con una sensación de calor/frío provocada por el aceite. Yo apenas podía moverme pero lo sentía todo al 100%. 

 - Está bien dura, seguro que tienes mucha leche que darle a mami.- dijo mientras centraba su masaje en mi capullo provocando un chasquido húmedo por el aceite que me volvía loco- Pero antes mis tetas quieren abrazarla bien fuerte, ¿Te importa si aprieto tu polla bien fuerte entre mis tetas amo?- preguntó inclinándose hacia mi haciéndolas colgar alrededor de mi virilidad- ¿Te importa si te hago una paja con ellas para que le des la leche a mami?- insistió aporreándolas con mi polla 

 Yo quería decir que no me importaba en absoluto pero no podía decir nada, de todas formas no hizo falta. De rodillas se sentó encima de sus talones y apoyó mi culo en sus muslos dejando mi mástil duro apoyado en sus blandas y perfectas tetas apretadas por sus brazos. Cogió la botella de aceite y vertió un poco por todo su canalillo pringándolo todo de ese aroma de coco justo antes de aflojar un poco la presión de sus brazos para dejar que se deslizara dentro de aquella cárcel deliciosa.

 Se las apretó levemente con las manos desde los lados con los dedos hacia abajo antes de iniciar un lento vaivén de lado a lado, el mástil campaba a sus anchas deformando y golpeando la escasa resistencia que ejercía el tacto suave de aquellas maravillas.  Cuando pensó que ya había jugado suficiente apretó mas fuerte sus manos y se puso en serio con lo de hacerme una paja con sus tetas primero lentamente para luego golpear violentamente mi abdomen con ellas. 

Yo estaba a punto de explotar pero había algo que me lo impedía, sentía la necesidad de ser yo quien llevara el control para poder llegar al clímax y estar atado parecía bloquearme un poco. Una sensación húmeda en mi capullo me distrajo de todo aquello, Helena había decidido añadir su boca a su paja con las tetas y fue la gota que colmó el vaso. Me entraron unas repentinas fuerzas que empujaron mi culo arriba y abajo añadiendo más intensidad a las acometidas, ahora su cara se metía bien adentro de sus tetas y el chasquido de su garganta identificaba la posición de mi capullo. 

 Antes de darme cuenta ya le estaba inyectando chorros de semen directos en su garganta acompasados con los espasmos de mi cintura, ella los recibía como podía sin soltarse las tetas ni un segundo. Esa repentina fuerza se me fue con la última gota de leche que doné a la causa y volví a caer desplomado apenas despierto. Ella se limitó a dejarme en paz no sin antes buscar en mi cansado miembro cualquier resto de su ansiado tesoro.

 Paz, silencio y oscuridad. Relajación, sueños incoherentes, raros y húmedos. Muy húmedos. Me desperté quien sabe cuantas horas después, la cabrona había quitado el reloj de la mesita. Solo sé que era de noche y que Helena estaba en la cama conmigo, de hecho estaba durmiendo con la cabeza apoyada en mi abdomen. Mi polla dormía a su lado acomodada por sus manos, quien sabe lo que había estado haciendo.  

 Me acordé de mis ataduras, instintivamente moví mis manos descubriendo que era libre. También descubrí que al lado de mi mano derecha había una hoja de papel con algo escrito a mano. Encendí la lámpara de la mesita sin despertar a Helena y empecé a leer:

 " Buenos días dormilón, sé que he sido una esclava muy mala y que tienes muchas ganas de castigarme por atarte, drogarte y utilizarte. Esto no entraba en nuestro trato y estoy dispuesta a compensarte como desees.  No sé que me pasó, me hizo mucha ilusión que me sorprendieras a esas horas y al volver a la habitación y ver que estabas durmiendo... no me pude controlar eras como un regalo del cielo. 

 Para compensarte, aparte de soltarte, te he dejado algunas sorpresas. Si miras mi culo verás que algo sale de mi ano, son unas bolas chinas que estoy utilizando para adaptar mi culo para ti. Encima de la mesita están las correas que utilicé para atarte y al lado una correa metálica que se ata al collar de piel que llevo puesto. Por último decirte que me he tomado la misma pastilla que te di a ti por lo que no será fácil despertarme a no ser que me penetres fuerte. 

Abusa de mi amo, haz que me despierte y hazme pagar lo que te hice ayer. " 

 A está mujer se le estaba yendo la olla demasiado, rompí la nota en mil pedazos y los tiré por el wc pero al salir del lavabo la vi durmiendo desnuda encima de la cama y esa letal combinación de rencor y lujuria volvió a inundar mi cuerpo.



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